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A mi aire

La bandera

El desprecio de sonarse en televisión con la enseña nacional

Desde tiempos inmemoriales la bandera ha sido símbolo aglutinador de todos los países civilizados, amén de respeto por ella. Pero España ya se sabe que es diferente y la bandera no iba a resultar una excepción.

En cualquier país resulta objeto de veneración y paraguas patriótico bajo el que se cobijan en cualquier evento sus habitantes, con Francia, Estados Unidos o el Reino Unido como simples ejemplos.

En los países citados si a cualquier descerebrado se le ocurre quemar o pisotear su bandera, algo que ocurre por estos pagos a diario por Cataluña y el País Vasco, con seguridad, aparte del repudio de la sociedad, le iba a caer el pelo y una temporada a la sombra.

Pero en nuestro país reina la impunidad. La última astracanada viene a cuenta del seudopresentador que en directo se suena con ella, creyendo que hace una gracia y a muchos no les parece tal. Libertad de expresión es una cosa y el libertinaje otra.

Existe desde hace tiempo la creencia de que por el simple hecho de que en la indumentaria de cada cual se exponga algún símbolo que refleje los colores de la bandera nacional, vaya concatenado con el despectivo término de "facha".

Y miren ustedes, les confieso que muchas veces estando fuera de Asturias al ver la bandera de nuestra región o la nacional se me pusieron los pocos pelos que me quedan de punta o incluso cuando algún deportista sube al podio y la izan.

Entiendo que resulta imposible pedir educación y mínimo respeto a quienes carecen de ello, incluso que defiendan sus particulares intereses como gusten, pero nunca conculcando los legales del resto. En España hace tiempo que todo funciona al revés, y lo malo es que sigue empeorando.

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