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Desde la Meseta

A la una serán las doce

Canarias recibió el año con el reloj de la Puerta del Sol

Llevamos unos meses en los que los europeos aún no se han puesto de acuerdo en tener el horario de invierno o mejor el de verano. Entre estos países esta España.

Bueno, la verdad, no me extraña, porque si cuando tomó posesiones el actual Gobierno, su Presidente prometió la exhumación de los restos de Franco de forma inmediata y llevamos más de seis meses sin resolución alguna, un mal chiste que me llegó por WhatsApp, decía que Franco tomaría las uvas en el Valle de los Caídos y así fue.

Pero hoy los tiros van por otra parte, porque los canarios, probablemente a falta de un buen y gran reloj en su plaza más importante, decidieron cambiar de año con el reloj de la Puerta del Sol de Madrid. Y yo eso aún no acabo de entenderlo.

Hay poblaciones pequeñas más originales que toman sus uvas a las doce de mediodía y todo porque en algunas de esas poblaciones a las doce de la noche hace un frío que pela y sus habitantes son gente muy mayor que a esas horas ya están en la cama, bajo dos mantas y una botella de agua caliente a sus pies, así como otros, debido a que un año se marchó la luz y no pudieron arreglarles la avería, decidieron cambiar la festividad para el mes de agosto y con un sol radiante.

Así que los mantenedores del reloj de la Puerta del Sol, este año y por primera vez, han montado guardia para retrasar el reloj una hora a las doce y cuarto y ponerlo en las doce menos cuarto, para que volviesen a sonar las campanadas nuevamente a las doce, exclusivamente para Canarias, cuyo horario se rige por el meridiano de Greenwich, es decir, el inglés.

Por favor, aclárenme esto de los horarios, porque estoy harto de cambiar el horario de mi reloj.

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