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Desde la Meseta

Inquietudes futuras

¿A largo plazo? El petróleo y sus derivados ya han durado mucho durante más de un siglo. Ahora cierran su grifo y no porque se acabe precisamente, sino porque contamina. A mediados del siglo pasado se fueron clausurando las minas de carbón porque también eran objeto de contaminación y así las calefacciones centrales y térmicas se fueron apagando o sustituyendo por otros combustibles que dejaron de poner de color negro las fachadas de nuestras casas.

Bueno, pues ahora nos imponen la electricidad, como primero fue para los ferrocarriles. Así, si su coche anda con gasolina, gas-oil o es un híbrido puede rodar con él hasta 2050. Y a partir de ese año, ya sabe, lo enchufa, valga la redundancia, a un enchufe y rodar como si fuese una lavadora.

La nevera, la secadora, la tostadora, la televisión, la luz, la aspiradora, la cocina, la manta eléctrica..., todo, absolutamente todo, le funciona gracias a la electricidad.

Y ahora, por si fuera poco, hasta el coche le va a funcionar con baterías preparadas al efecto. Y yo me pregunto: ¿qué fue de aquel coche que iba a funcionar con agua? ¿El agua también contamina?

Menos mal que esta imposición nos la presentan a 30 años vista, como una letra de cambio que tarda en vencer y que alguno de nosotros ya no la viviremos. Los jóvenes sí la verán, pero siendo ya mayucos, con hijos y hasta con nietos probablemente.

Luego vendrán otros cambios y se tomarán otras resoluciones, porque serán capaces hasta de afirmar que la electricidad, sino contamina, si tendrá otros riesgos que ahora no se detectan.

Ya saben, ahora como locos a comprar vehículos de combustión y a seguir pagando petróleo a los países de la OPEP.

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