Podemos escribir una serie de relatos con la marmota como protagonista. Me refiero a la marmota como símil de la repetición hasta el infinito de los mismos problemas, también sin resolver hasta el más allá. Algunos ejemplos: la marmota va a por los fondos mineros, la marmota busca la reactivación, la marmota pide más carbón, la marmota contra el despoblamiento, la marmota con planes de turismo, la marmota pide mejoras en las estaciones de esquí, la marmota se pierde en las tupidas sendas de los espacios naturales... Es un bucle que acaba agotando al más paciente santo Job. Hoy podríamos decir que la marmota reclama que las estaciones de esquí, ya que no hay nieve, puedan albergar actividades el resto del año. Petición que ya formularon los hosteleros y que se repite ahora. El Principado contesta: organícenlas ustedes... Y así hasta el infinito. ¡Hay que hacer a la marmota nuestra mascota!
