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A mi aire

Vigilancia y seguridad

Andan desde hace una temporada un tanto preocupadas las gentes de las Cuencas. Todo ello a cuenta de los sucesivos robos y actos vandálicos con los que con frecuencia nos despertamos a diario. Por citar alguno de los últimos, el robo de los ordenadores en los centros escolares de Campomanes y Laviana (Polaviana, como le gusta decir a Albino Suárez), incluidos destrozos de todo lo que encontraron.

Los desperfectos y roturas en garajes de Langreo Centro han sembrado el miedo y temor entre el vecindario, pues aparte del sustu, va a costar trabajo acudir a la cochera en horas nocturnas con el recuerdo de lo sucedido. Y ya no quiero ni pensar que el día menos pensado se encuentren con estos individuos y pueda suceder algo nada agradable e incluso buscarse una desgracia irremediable.

En Mieres, dejaron sin sus cuatro ruedas a un coche nuevo y, en Lada, desvalijaron una ferretería horas antes de ser inaugurada, justo al lado de un estanco que no hace mucho recibió la "visita" de los cacos.

Las viviendas también son objeto de esta plaga, ya se las saben todas para conseguir sus propósitos. Y los carteristas hacen su particular agosto en los mercados semanales de Mieres y Langreo.

No hace falta decir que el problema de la seguridad resulta algo complejo, e incluso que las diversas fuerzas que deben velar por ella, tanto sus medios, como el personal, suelen ser escasos en todos los aspectos. Las estadísticas consideran a Asturias como uno de los lugares más seguros del país, cómo serán los otros, pero que se lo pregunten a los antes citados.

Desde la perspectiva de que la seguridad absoluta resulta una quimera y que los encargados de velar por nuestra tranquilidad hacen todo lo posible, habrá que demandar con la máxima urgencia se pongan manos a la obra los que tienen en sus manos la solución, antes de que ocurra una desgracia. No creo que sea petición excesiva.

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