La creación del complejo invernal del puerto de Pajares nacería de la mano Chus Valgrande, quien a comienzos de los años cincuenta empezó a gestar la compra del primer remonte. Para ello fundó "Sociedad La Cerra", cuyo objetivo era vender bonos convertibles de 100 y 200 pesetas para lograr reunir fondos para la instalación del telesquí.

Después de numerosos esfuerzos Jesús Suárez Valgrande, "Chus Valgrande", junto con otro grupo de aficionados, dan vida a la primera estación de esquí de Pajares, con la instalación por fin del primer remonte. Eso dio lugar a que la mañana del domingo 17 de enero de 1954 tuviera lugar la inauguración del Telesquí de La Cerra. Con tal motivo se reunieron las autoridades civiles de Asturias y León, presidiendo los actos los gobernadores civiles de ambas provincias: Labadie y Barquero, los acompañaban el Consejo Rector de Telesquí junto con miembros de las diputaciones y delegados del Ministerio de Información y Turismo; también estaban presentes los alcaldes de Oviedo y Lena, así como el presidente de la Federación Nacional de Esquí. A la doce de la mañana, ante numerosos deportistas que habían acudido en excursiones procedentes de ambas provincias, se procedería a la bendición de instalaciones del telesquí.

Durante todo el día estuvo el telesquí funcionando, pues había casi dos metros de nieve. El remonte fue acogido con el mayor entusiasmo por los deportistas, que señalaron gráficamente que esta obra, de una extensión de 253 metros, permitía aprovechar la pista durante los siete días de la semana.

Unos días antes de la inauguración las comunicaciones para llegar a Pajares, tanto por ferrocarril como por carretera, estuvieron cerradas. A finales de mes se volvieron a cerrar a causa de las grandes nevadas que se producían en esos años (mediados del siglo XX), años en los que nuestros abuelos desconocían las consecuencias del llamado "cambio climático". Pasado un tiempo sobrevino una época que tanto el esquí como las visitas de montañeros a Pajares decayeron, por eso Chus Valgrande fundó la Sociedad Deportiva Astur Leonesa de Pajares con el fin de revitalizar la zona. Esta nueva sociedad, compuesta por las Diputaciones de León y de Asturias, adquirió una serie de terrenos e instalaciones, y pusieron en venta unos bonos que podían adquirir tanto las sociedades deportivas como los esquiadores particulares, lo que les reportaba un importante descuento en los diferentes servicios: telesillas, etc. Además, tanto Jesús como sus compañeros iniciaron una campaña para que las sociedades construyesen los refugios de montaña en los terrenos de la Sociedad.

Otro hecho importante en la historia de la Estación aconteció en el año 1967. En ese año, gracias al superávit de la Diputación, se destinaron fondos para la construcción de la carretera turística del Brañillín. Esta importante obra para la promoción de la estación de invierno de Pajares fue construida por la Diputación por el método de subasta. Así en el año 1969 es cuando se produce el crecimiento de Pajares con la terminación de la carretera al Brañillín, los remontes del Cuitu Negro, Valle del Sol y La Hoya, que hoy en día todavía son una parte muy importante del complejo invernal.

El domingo 2 de noviembre de 1969, se inauguraba la primera fase del complejo deportivo del Pajares o estación invernal del Camino de la Plata que promocionaba la Sociedad Astur Leonesa de Pajares, contando con la ayuda de los Gobiernos Civiles, tanto Asturias como el de León, además de: las Corporaciones Provinciales, delegaciones de Información y Turismo, delegaciones de Sindicatos, y la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes. Se iniciaron los actos con gran brillantez, a lo que contribuyó de modo extraordinario el tiempo reinante. Se celebró misa en la iglesia colegiata de Santa María de Arbás del Puerto, en acción de gracias hacia la Virgen titular. Posteriormente los gobernadores civiles de Asturias y León, acompañados de diferentes autoridades de ambas provincias, procedieron a la inauguración. Se cortó la cinta como acto simbólico de apertura del tramo de la carretera que partiendo de la carretera nacional 630 se interna por las vegas del Brañillín, para ello se utilizaron unas tijeras que portaba en una bandeja la esquiadora Gema Suárez Valgrande (hija de Chus Valgrande).

En esas Vegas, años después se urbanizarán los terrenos necesarios para instalar cafeterías, escuela de esquí, albergue, puesto sanitario, etc. Nada más realizado el corte de la cinta, las autoridades y acompañantes se trasladaron hasta el Brañilín, donde los presidentes de las Diputaciones Provinciales de Asturias y León inauguraron los telesillas. La capacidad de estos era de 129 sillas dobles, que podían transportar 750 personas por hora. Seguidamente, los delegados provinciales de ambas provincias hermanas pusieron en marcha el telesquí de 700 metros de arrastre que sube a los esquiadores desde el Valle del Sol hasta el Cueto Negro, que alcanza una cota de altitud de 1.853 metros. Hubo numerosas intervenciones y el gobernador civil de nuestra provincia, Matéu de Ros, ofreció dos millones de pesetas para iniciar las obras de construcción de un albergue de tipo popular: "al que pudiesen acceder durante los fines de semana productores, estudiantes y los económicamente más débiles para que pudiesen disfrutar de todos los encantos que la naturaleza y los deportes ofrecen en estos incomparables parajes". Se hicieron entrega después de diversas distinciones: al delegado nacional de Deportes y Educación Física, al presidente de la Federación Nacional de Esquí, y a las diferentes autoridades que presidían el acto. Entre ellas, destacaba la insignia de oro y brillantes para Fraga Iribarne (ausente del acto) que se ofreció a entregar el gobernador civil de Asturias en la próxima visita del ministro a Asturias.

Ocho meses después, concretamente en julio de 1970, la Sociedad Deportiva Astur-Leonesa de Pajares realiza un concurso público para la contratación de la construcción de un edificio destinado a cafetería y albergue, que se situaría en la cabecera del telesilla en la urbanización misma del Brañillín, así como un edificio destinado a cafetería y parador que se situaría en la terminal del telesilla del "Cuitu Negro".

Para la cafetería y albergue en el Brañillín, el presupuesto sería de cuatro millones de pesetas. En cuanto al edificio destinado a parador y cafetería en Cuitu Negro, el presupuesto era de dos millones y pico de pesetas. El plazo de presentación de ofertas se estimó en ocho días, por lo que no hay duda de que la Sociedad Deportiva Astur-Leonesa de Pajares deseaba dar a estos trámites la máxima celeridad para iniciar las obras y poder realizarlas aprovechando la temporada. El propio presidente de la Sociedad, Jesús Valgrande, se hizo eco de la iniciativa del "Cuitu Negru", lo que supuso un importante espaldarazo en los esfuerzos que se realizaban para elevarla al rango de estación invernal. Este albergue seria inaugurado en diciembre.

En 1973-74 en octubre, un poco antes de iniciarse la temporada de esquí, llegaría a la estación invernal una moderna máquina quitanieves para el acondicionamiento de los accesos a la zona deportiva. Este medio mecánico fue adquirido por iniciativa de la Sociedad-Deportiva Astur-Leonesa de Pajares. Se trataba de una "Peter France" montada sobre chasis "Uninog Mercedes", el último modelo en este tipo de maquinaria, que tenía dos canales expulsores de nieve, uno a la derecha y el otro a la izquierda. La máquina costo algo más de dos millones y medio de pesetas. Ésta vino a cumplir un deseo largamente acariciado y dejaría cubierta una gran necesidad. Toda el área del Brañillín hasta ese momento, la zona edificada en la estación payariega, estaba sujeta a las circunstancias de la climatología y, en muchas ocasiones, se planteaban dificultades tanto de acceso de los vehículos como de estacionamiento, sin contar con los inconvenientes de la circulación por la red de calzadas. La máquina permitiría disponer con más facilidad, desde ese momento, de las pistas de tráfico en mejores condiciones. La llegada de esta máquina ofreció más comodidades y más garantías de acceso. Con la llegada de Pedro de Silva al Gobierno autonómico, la estación de Pajares pasaría a ser de titularidad pública. Siguiendo como director Chus Valgrande, dado que no fue sustituido hasta septiembre de 1986, por Álvaro Manuel Álvarez un joven geólogo ovetense que llegó con ilusión para actualizar una instalación que se encontraba en aquel momento en un estado lamentable.

Los años siguientes fueron de arrimar el hombro entre un equipo de personas, en diferentes puestos, dispuestos a demostrar la viabilidad de la estación invernal y de montaña de Pajares, con mayor o menor apoyo de la propia Administración del Principado. A pesar de la variabilidad de la climatología y de las restricciones presupuestarias, se pusieron las bases para la reordenación de la Estación, que atraería cuantiosas inversiones en las décadas siguientes. Desde esos años, la estación gozo de una época de esplendor y de renombre dentro de las estaciones de esquí del norte de España.