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Mario Antuña

Siete leguas

Mario Antuña

Llovió y lloverá

¿Cómo es posible que Asturias se hunda con una borrasca? Es la pregunta que escucho en los últimos días. Hubo quien, afirmando tener más de medio centenar de años, no recordaba nada igual a las últimas lluvias. Con una edad similar a mis espaldas, sí he visto semanas lloviendo, nevadas por encima de las rodillas donde ahora apenas nieva, el agua del río Nalón chapotear en los puentes... Pero no recuerdo -quizá sea la inconsciencia de la infancia- el descalabro de 140 carreteras afectadas por argayos o los daños causados por inundaciones porque en esas zonas, antes, no había nada. Entonces, el caso es que igual las carreteras se arreglan o construyen de cartón piedra o en riberas fáciles para avenidas; los hospitales, casas, empresas o sembrados, en suelos inundables sin medidas protectoras; que los cauces no se limpien o se apure el agua en los embalses, digan lo que digan... Llover siempre llovió y lloverá. Quizá no se asume como antes.

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