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Desde la Meseta

Ciclogénesis

Los nombres, a veces inapropiados, que se dan a las borrascas y los temporales

Hasta hace no mucho tiempo nos hablaban simplemente de borrascas y anticiclones, es decir, mal tiempo o bueno. Mas ahora nos hemos, digamos, modernizado y cuando la borrasca se nos viene encima ya lo llamamos ciclogénesis y además explosiva.

Ah, y se me olvidaba, porque le añadimos hasta el nombre, bien masculino o femenino. Así está vez el nombre es Gabriel. Con lo cual a mí se me pusieron los pelos de punta, porque Gabriel era el nombre del "Pescaito", ¿se acuerdan de aquel niño cuyo final fue bien triste y en manos de su madrastra?

Pienso hoy que bien pudiéramos poner otro nombre a la ciclogénesis y haberle puesto, por ejemplo, "gatito", así, empezado por la letra "g".

Son cosas que suceden a menudo y a su vez irreparables y con poca picardía. El hecho del Pescaito ya fue terrible en su día y las ciclogénesis igualmente nos dejan mal recuerdo por lo que se llevan por delante en nuestros campos, casas y carreteras. Y añadiendo después lo de explosivas, es un auténtico tormentón. Porque los cambios climatológicos nos asaltan inesperadamente y la población se acongoja.

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