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Como el río

Recuerdos de la cárcel de Laviana

El paso de Marcelino Antuña por la prisión, antes de exiliarse a Francia

Tantas fueron las historias sucedidas en la cárcel de Laviana que, aparte de no saber qué fue de sus archivos, imposible será conocerlas en su amplitud total. Hay un personaje lavianés --uno más- de los que sí dejó algo de la historia que él vivió en ella. Fue conocido por "Selo", Marcelino Antuña Morán, conocido por "El francés", como sus padres, Víctor y su madre, María, aunque era conocida por Chucha. Y algunos de sus hermanos, como José María, que fue Registrador de la Propiedad, Víctor Antuña (Toro), director musical y, para no extendernos más -que fueron más- Paca "La francesa", Joaquina Antuña Morán, una de las muchas mujeres sacadas de la cárcel de Laviana y que fueron muertas en la Cuesta de Vindoria el 26 de noviembre de 1937, tras no pocas vejaciones.

"Selo" había nacido en 1911. Había estudiado enfermería. Llega la Revolución de 1934 y, en 1936, la Guerra Civil. Sufre detención y encarcelamiento. "De los que estuvieron encarcelados, al parecer poco tiempo -nos contó un día la que fue su mujer," La Morena del Cantiquín", Constantina Martínez- pero fue él y Constante, practicante, que era de Sotrondio, los únicos que se salvaron. Los otros, que estuvieron en aquel cuarto hacinados, fueron fusilados.

"Selo" logra exiliarse a Francia por la zona catalana, donde hizo lo que pudo por ayudar a evadirse a otros españoles republicanos (que entonces lo eran todos los contrarios al franquismo). Igual que ayudó en Francia a judíos de origen sefardita. En Francia sufre prisión y campos de concentración, y después, con otros españoles es destinado a Compañías de Trabajadores en la zona de Mauriac Cantel, donde se entera que había gentes de Laviana, gentes conocidas. Y lo que son las cosas, allí estaban dos hermanas, Angelina y Constantina Martínez, del Cantiquín, hijas de Celesto "El Pinche", otro personaje de historia en Laviana. Y en 1943 "Selo", Marcelino Antuña y Constantina Martínez, se unen en matrimonio.

Muchos españoles, exiliados en Francia, salvaron la vida, pero no se libraron de sufrir privaciones, vejaciones y desprecio. Frío climático y frío social, hambre y miseria. A las mujeres alguien les proporciona unas capotones kakis, y La Morena y su hermana Geli, con la ayuda de Pepa Díaz, de Laviana como ellas, confeccionan unos abrigos, que les mitigó las inclemencias de aquel invierno.

"Selo" se colocó durante varios años de practicante en una empresa que construía grandes pantanos. Más tarde se asentaron en París, donde la vida ya resultó otra cosa. La situación iba mejorando. A veces se acercaban hasta Hendaya y de allí miraba para España, a la que añoraban. Y, si les permitían, pasaban la raya divisoria y pisaban suelo español, para volver a retroceder con lágrimas en los ojos.

Y así, un día de 1968 vienen a España, a Asturias, con miedo, pero vienen. Más tarde, por razones de conveniencia regresan definitivamente, ubicándose en Castro Urdiales, donde fallece Marcelino Antuña Morán a los 82 años, el 18 de marzo de 1993. Fallece, como algún tiempo después lo hace su esposa, cuyas vidas llenas de experiencias y adversidades, seguramente que han de constar en -esto es lo que nos contaron personas cercanas a ellos- un manuscrito que "Selo" dejó escrito y en el cual narraba las experiencias de la cárcel de Laviana, más que de las penitencias padecidas en el exilio, por razones obvias. Porque en la Laviana eran personas conocidas las que hacía el daño, y en el extranjero, no.

Pero "Selo" aparte de sus "memorias", que alguien nos manifestó haber leído, escribía versos nostálgicos, románticos y mineros: "Gente de la minería, / gente noble y gente fiera, / que en sus pulmones habitan /sus infinitas tragedias".

"Venden girones de vida / por silicones de piedra / y, por si aún fuera poco / y el grisú no le hace mella, / arriesga la vida siempre / bajo las vetas mineras" ?

Versos, que son, a veces, desahogos personales, y justifican ciertas etapas de la vida. Pero lo que nos interesaría -nos interesa- más es la prosa que sobre la cárcel de Laviana haya escrito. La Cárcel de Laviana, institución desaparecida, inmueble abatido, historia que se va olvidando habiendo tenido tanta importancia en este lugar medio de la cuenca del Nalón. Por eso esta historia no está aquí completa y por eso nos interesa saber más de lo que, unos y otros hayan, conocido de lo acontecido en esta Cárcel de Laviana.

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