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Francisco Palacios

Pasado imperfecto

Francisco Palacios

"Cinco artículos para el pueblo"

El 150.º aniversario de la publicación del manifiesto republicano de Langreo

En la primavera de 1869, pronto se cumplirán 150 años, se constituye el Comité Republicano Federal de Langreo con gran entusiasmo popular. Poco después se organizan los clubes republicanos de Sama y Lada. Sus primeros directivos pertenecen a la mesocracia local, que tendría una influyente participación en la vida municipal hasta guerra civil. De esos republicanos fundadores destaco ahora la figura de Tomás Mendoza Marrón, de cuya biografía no se conoce la fecha ni el lugar preciso de su nacimiento. Se sabe que llega a Asturias a mediados del siglo XIX. Como facultativo boticario, abre pronto una farmacia en Sama donde vivirá hasta su muerte.

Y en el mismo año de 1869 publica un folleto de casi treinta páginas titulado "Cinco artículos para un pueblo". Una especie de catecismo en el que glosa sus ideales republicanos y exhibe sus vastos conocimientos sobre temas mitológicos, bíblicos, filosóficos, históricos.

El folleto es sobre todo una crítica implacable del Antiguo Régimen, de la monarquía absoluta, y de los privilegios de aquellos que dominan en beneficio propio todas las "articulaciones del Estado".

Sostiene asimismo que las generaciones nacen obligadas a la perfección en el cumplimiento de sus deberes políticos, civiles y religiosos. Deberes que considera la base de toda sociedad bien organizada. Y en la España de entonces, las costumbres liberales (el debate, la polémica y la libertad de expresión) ya están bastante arraigadas, entre otras razones, porque "los ciudadanos cada vez leen más periódicos".

Para Mendoza Marrón, el pueblo, destinatario de estos artículos, lo integran los ciudadanos que no gozan de ningún privilegio civil ni político: artesanos (obreros en general), industriales, artistas, científicos. Clases populares que suponen "para la utilidad pública lo que el agua para la vida universal".

Son también frecuentes las referencias a la corrupción de los tiranuelos de las "clases predilectas", que viven en la opulencia a costa del erario público. Camarillas que disponen además de "espesas paredes y enormes medios para ocultar y eliminar sus delitos".

Mendoza Marrón revela en estos artículos una visión del mundo ilustrada, idealista, esteticista. Y de su militancia masónica deriva un lenguaje críptico, muy difícil de comprender por la abundancia de metáforas, alegorías, vínculos históricos de épocas y civilizaciones dispares.

En resumen, "Cinco artículos para el pueblo" es un exuberante ejercicio de erudición aunque por su difícil lectura tal vez haya tenido escasa influencia entre las clases sociales a las que iban dedicados

Por otra parte, en febrero de 1873 se proclama en España la Primera República. En mayo, los republicanos felguerinos fundan el Casino de Obreros. Su presidente es Mendoza Marrón, que en el acto inaugural del centro arenga a sus correligionarios para que se asocien política y societariamente. Y les recomienda con vehemencia casi religiosa la lectura de periódicos, folletos libros. Así como el fomento del gusto estético y la utilidad pública.

Dos meses después se dirige al ministro de Fomento solicitándole libros para el casino recién inaugurado: "Tres mil obreros del carbón y del hierro por mí os piden ese favor. No dudéis de su amistad política (republicana). No dudéis de su amor a leer. Que lean, ciudadano ministro. Leyendo para ser útiles a la patria".

En enero de 1874, los carlistas ocupan Langreo, destruyendo el edificio del Ayuntamiento y su valioso archivo. Y en una de sus sangrientas escaramuzas asesinan a la esposa de Mendoza Marrón, que desde entonces se fue apartando paulatinamente de la actividad pública.

Su ideario representa el espíritu selecto de un republicano ilustrado, idealista y masón. Y quiere transmitir ese espíritu a la clase trabajadora, buscando una suerte de armonía social frente a la lucha de clases. Una utopía: sobre todo cuando surgen las primeras organizaciones obreras en Langreo (socialistas y anarquistas) a finales del siglo XIX.

En definitiva, Tomás Mendoza Marrón, que tuvo una calle en Langreo, fue un personaje muy reconocido en su tiempo, tanto por su oficio de farmacéutico como por su comprometida labor social y cultural. Y por haber defendido sin ambages la libertad y la dignidad humana, especialmente de las clases más desfavorecidas.

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