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Velando el fuego

Tiempos inciertos

La repetición de la historia, las elecciones y el avance de la extrema derecha por Europa

No creo que sea necesario arrugar mucho la frente o volverse meditabundo en extremo para darse cuenta de que el rechazo a los Presupuestos Generales significa la entrada en una nueva ruta, marcada por el anuncio de elecciones, que no sabemos bien a dónde nos podrá conducir. Sin duda que explicar las razones de esta negativa significaría profundizar en diversos frentes, al tiempo que analizar distintos comportamientos y responsabilidades, pero, en todo caso, a mi juicio se ha desperdiciado una buena ocasión para continuar avanzando en la consecución de importantes conquistas sociales.

Cerrada la puerta de los presupuestos, nos queda la natural preocupación ante el nuevo itinerario que se abre tras el rechazo a los mismos. Es lógico que quienes crean que la Historia no está formada por un libro único, un solo ejemplar encerrado en su propio armario, muestren su preocupación ante la cartografía que explica con detalle el avance de la extrema derecha en Europa, pues muchas de esas páginas ya están presentes en nuestras lecturas diarias, aunque a veces sea de una forma inconsciente y no nos demos cuenta de ello: comentarios despectivos sobre los inmigrantes que vienen a robarnos el trabajo o sobre el feminismo, al que se tilda de desnortado en muchos casos, entre otros renglones.

A partir de ahora dichas lecturas multiplicarán su presencia a medida que se vayan acercando los procesos electorales. Cuentan, para ello, con buenos maestros, especializados en el arte de la retórica hueca y de la muleta para el engaño, y para los que el avance en la comprensión de fenómenos colectivos y, por tanto, en la idea del progreso, se limita, sobre todo, a una mejora (a ser posible sustancial) de sus propios bolsillos.

Nada nuevo, pues, lo que nos aguarda, lo que no significa, precisamente, que deje de ser preocupante. Asistiremos a exhaustivos conciertos de los dos tenores de la derecha, cuya amplitud vocal se multiplicará por todo el país, con un registro en el que no faltarán ataques a la enseñanza y a la sanidad públicas o a las Leyes de Memoria Histórica y de Igualdad Efectiva de mujeres y hombres, entre tantas otras que serán objeto de su canto coral, cuya principal intención es acabar consiguiendo el do de pecho para liquidar así los logros de la izquierda. Sin que, por desgracia (aquí la influencia del crecimiento de la extrema derecha será notoria), deje de asistir a la cita ese tercer tenor que, en algunos casos, se complementa a la perfección con los anteriores, y que tensará todas sus cuerdas vocales para intentar visibilizar el regreso de luceros y banderas victoriosas, tal como reza la letra de una de sus canciones preferidas. En ese manual que piensan escribir figurará con letras de molde, y en un lugar destacado, el veto que hacen a la exhumación del cadáver de su admirado caudillo, al tiempo que se esforzarán todo lo posible para poner en pie, con tintes marciales, como no podía ser de otro modo, una cruzada que reconquiste el país hasta lograr impregnarlo totalmente de un aroma distinto.

No parece que sean tiempos apropiados para la lírica los que nos toca vivir. Ese mapa del avance de los bárbaros por Europa no puede más que llenarnos de preocupación, pues tras sus pasos resuenan los ecos de las peores barbaries conocidas. Habrá que darle la razón a Marx cuando dijo que la historia se repite dos veces: la primera como tragedia, la segunda como farsa.

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