Nunca pensé que iba a tener que hacer esta reflexión. Porque en la comarca votemos siempre mayoritariamente izquierdas, os veis, ¿cómo diría yo?, con impunidad total para haber decidido llevar a cabo esta iniciativa que es un ERE encubierto, poniendo al Conservatorio del Nalón y más concretamente a sus trabajadoras y trabajadores en peligro de muerte laboral. Espero que no lo consigáis.
Destaco, porque es de destacar que muchas asociaciones de este valle, acostumbradas a levantar su voz en cualquier injusticia, estén ahora mudas ante una decisión política que dejaría en la calle a 23 personas y un servicio en el aire. Un servicio que tiene lista de espera de aspirantes y da una formación impecable.
¿Por qué? Por el clientelismo político y por una mal entendida lealtad. La lealtad debe ser primero a nuestras ideas. ¿Saben qué dicen? Dicen que para la izquierda el empleo de calidad es un bien a proteger, la cultura, lo que realmente nos hace libres y la educación un derecho.
En esta comarca la educación musical fue una reivindicación de muchos padres y madres por los años 80 y conseguimos a través de unos políticos sensibles que se hiciesen realidad.
Siempre entendí la política, tanto como cuando la ejercí como ahora, como la salvaguarda de los derechos de la ciudadanía, para gestionar y servir a los ciudadanos de nuestro municipio.
Ahora, y en este caso les privamos de un servicio fundamental, ponen en la calle a 23 trabajadores, 23 familias en vilo. Os veo, ¿como diría yo?, muy seguros de que esta "tropelía" no os va a pasar factura. Pero somos muchas personas las que votamos, que seguramente reflexionaremos sobre qué líderes queremos que nos representen, porque vosotros lo dejáis muy claro: vuestra incoherencia con lo que decís proteger y luchar por ello, y luego las acciones y decisiones que lleváis a cabo.
