"Soy de Mieres, soy de Mieres / nací nel valle Turón / onde hay verdes praiquinos / tamién mines de carbón". Estos versos que, hace ya muchos años, escribió nuestra madre, "Mina de Fresneo", los hacemos propios ya que nosotros también somos de Turón. Pero existe otro territorio, que es el concejo de Aller, al que profesamos especial cariño porque allí se hunden las raíces maternas de ella, a través de los pueblos de Cabañaquinta, Murias, Piñeres, La Llaneza, La Llinariega?Estos fueron suficientes motivos para que, un día ya lejano, parafraseando a Jovellanos, nos aplicásemos en rastrear aquellos lugares que en otro tiempo hollaron nuestros antepasados alleranos, Así comenzamos a recorrer los espacios naturales más espectaculares (puertos de S. Isidro, de Vegarada y del Rasón, "foces" del Pino y de Ruballer), a contemplar el arte que encierran sus iglesias (San Vicente de Serrapio, Santibáñez de la Fuente?), a admirar las imponentes casonas solariegas de los García de Vega y de los Ordóñez del Pino, en fin, a conocer a sus gentes? A propósito de esto hoy vamos a hablar de una persona nacida en la mitad del siglo XX, que ha de brillar con luz propia dentro de la historia de este territorio. Pero no solo eso, sino que su figura, como consecuencia de una intensa actividad intelectual, transciende hacia otros ámbitos (regional e incluso nacional) que supera lo estrictamente local. Conocimos a este ilustre allerano, a través de unos parientes suyos que nos invitaban anualmente a "la fiesta del Picu". Fue a comienzos del nuevo milenio y en aquella jornada, antes del almuerzo, departíamos sobre temas de actualidad que, curiosamente, siempre derivábamos hacia la situación lamentable a la que, los poderes públicos, habían abocado al valle de Turón. Por otra parte, nuestro tema preferido en estos últimos treinta años.
Juan Antonio Vázquez García, que así se llama el personaje, nació en Boo, pueblo situado a modo de anfiteatro frente a Caborana, en la margen izquierda del río Aller, que en su parte alta es como una atalaya desde la cual, en días de límpido cielo, se contempla todo el concejo. Su madre, María Agustina, natural de Sorribas (Lena) fue, durante muchos años, la titular de la escuela del Caleyu, núcleo situado en el extrarradio de Boo, que en esa época de postguerra estaba totalmente ocupado por familias mineras. En cuanto a su padre, Juan, desarrolló toda su vida laboral en el Pozo San Antonio de Moreda y fue uno de los artífices de la creación de la fiesta de la Virgen de la Peña que se celebra en Boo desde hace algunos decenios. No es de extrañar que en los genes de Juan Vázquez haya mucho de esa herencia: el carácter y reciedumbre minera de su padre y la inclinación intelectual de aquella portentosa generación de maestros nacionales a la que perteneció su madre.
Después de realizar los estudios secundarios con los marianistas de Pola de Lena se matriculó en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense. Adoptó como residencia el Colegio Mayor Chaminade de la misma congregación marianista y el contacto con sus compañeros, algunos de los cuales estarían en la élite de la ciencia y de la política en años posteriores, impregnarían su carácter de ese barniz crítico, progresista y mundano que ya no le abandonaría jamás. Eran tiempos de tensión en el ambiente. Se luchaba en la calle y se negociaba en los despachos un nuevo orden que iba a sustituir a un régimen político que había gobernado la nación cuarenta años con mano extremadamente dura.
Una vez obtenida la licenciatura, obtuvo plaza como profesor en la recién inaugurada Facultad de Ciencias Económica y Empresariales de la Universidad de Oviedo. Se puede decir que en este establecimiento docente, realizaría toda su vida académica y profesional pues, después de hacer la Tesis Doctoral con Premio Extraordinario, se convirtió primero en Profesor Adjunto, luego en Catedrático de Economía Aplicada y, por último, en Decano durante dos períodos consecutivos (1986-1994). Concluido este compromiso con su Facultad se cogió un año sabático incorporándose a la Universidad de Berkeley en California. Fue una experiencia imborrable pues le permitió conocer en profundidad el funcionamiento de los centros de enseñanza superior norteamericanos, descubriendo, al tiempo, la aparición de una cosa nueva llamada internet, que, desde entonces -huelga el recordarlo- tanta repercusión ha tenido en la sociedad de nuestro tiempo, tanto a nivel cultural, como informativo o de ocio. De vuelta de Estados Unidos, se encuentra con un nombramiento con el que no contaba: el de Vicerrector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, ubicada en el palacio de la Magdalena (Santander). En ese tiempo, se organizaban allí los más importantes cursos de verano, pasando por su tribuna relevantes figuras de la ciencia, las letras, la economía y la política de nuestro país. Efectivamente, durante cuatro años, Juan trabajó duro en una misión que le otorgó el doctorado en relaciones públicas ya que le permitió conocer en la distancia corta a toda una generación de grandes personalidades. Después de esta extraordinaria prueba superada con éxito a su paso por tierras cántabras, donde trabajó con la mayor de las ilusiones, debió de pensar entonces que con la experiencia adquirida hasta ese momento, podía acometer empresas de mayor envergadura. Amanecía un nuevo milenio y en la primavera estaban convocadas elecciones para Rector en la Universidad de Oviedo. Se prometían muy disputadas pero, al final "el güajín de Boo", como él mismo se autodefiniría en el discurso de presentación, triunfaría en aquellas históricas votaciones. Así quedó escrito para la historia:" El Excelentísimo Sr. D. Juan Vázquez, Rector Magnífico de la Universidad de Oviedo". Ahí es nada. Este acontecimiento representaría para el Catedrático de Boo el mayor orgullo de su trayectoria profesional al alcanzar la cima más alta de su querida Universidad de Oviedo. No era para menos. Desde esta nueva dirección comenzó a trabajar sin descanso en el empeño de recuperar los afanes renovadores de la fundación de Valdés Salas, "de hacer resurgir el alma dormida de nuestras mejores identidades universitarias, de poner aire fresco y empapar de modernidad las piedras vetustas de una universidad con cuatrocientos años de historia". Su buena predisposición, su firme voluntad y su determinación por darle al instituto docente un nuevo giro hacia la modernidad le permitió, sin ninguna discusión, salir reelegido en la siguiente convocatoria electoral de 2004. Esta labor de cambio preconizada por Juan Vázquez pudo proyectarla allende la región al ser nombrado Presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas entre 2003 y 2007 promoviendo acuerdos entre colegas y universidades, negociando y polemizando con ministros, haciendo y rehaciendo leyes universitarias, emprendiendo el camino hacia la convergencia universitaria de Bolonia y de reencuentro con las universidades iberoamericanas. Otra de sus actuaciones importantes fue la inauguración del Campus de Mieres (un acontecimiento en el que puso todo su empeño con el fin de que estuviera presente el Príncipe de Asturias). Aquí, el profesor allerano echó el resto pues, desde el primer momento, volcó todo su esfuerzo para proporcionarle los más modernos equipamientos, para darle una identidad académica, para ampliar las titulaciones y para que Mieres pudiese contar por primera vez en su historia con una titulación de grado superior.
Juan Vázquez, que es especialista en temas de economía regional, ha desarrollado en todos estos años una actividad intelectual tan extraordinaria que es imposible en este apretado análisis biográfico dejar testimonio de ella en toda su amplitud. Intentaremos, al menos, hacer un compendio significativo. Director de Tesis Doctorales, fundador de Revistas de Economía, protagonista de Cursos de verano (La Granda, el Escorial?) y articulista en los diarios más importantes de la nación, son solo algunos aspectos de aquella. En cuanto a sus cargos señalar que fue vocal de la Junta de Gobierno del Colegio de Economistas, miembro del Consejo de Universidades, del Consejo Científico Asesor de Telefónica y del Consejo Asesor de la Corporación Radio Televisión Española, entre otros. Además, es Académico correspondiente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas y Secretario del Jurado de Ciencias Sociales de los Premios Príncipe de Asturias. Entre sus distinciones remarcar que es Doctor Honoris Causa por las universidades de Celaya (México) y Ricardo Palma de Lima (Perú) y está en posesión de las medallas de Comendador de la Orden de Río Branco concedida por el Gobierno de Brasil, de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, de la Orden Alfonso X el Sabio concedida por el Ministerio de Educación y Ciencia y de la "Manzana de Oro" otorgada por el Centro Asturiano de Madrid.
Juan Vázquez que en 2010 fue nombrado "Hijo Predilecto del Concejo de Aller", ocupa con todo merecimiento un lugar preeminente -nos atreveríamos a decir que el escalafón más alto- dentro de las figuras ilustres del concejo de Aller.
