Aunque ya era previsible, a los gobernantes de cualquier nivel, les han entrado unas prisas incontenibles para solucionar problemas enquistados desde hace cuatro años o cuando menos hacer un lavado de cara profundo a todo aquello que de ellos depende. Parece una obviedad remarcar que se debe a la cercanía de la cita electoral.
Como simples muestras, al entorno del parque García Lago le han dado una buena capa de asfalto a un espacio que hace tiempo parecía un paisaje lunar en varios de sus tramos, zonas donde existía el riesgo de dejar los amortiguadores. También parece que la sintonía entre el Ayuntamiento y la Confederación Hidrográfica va a servir para limpiar a fondo varios ríos -incluido el Montés a su paso por Lada- que buena falta les hace a todos.
Además, las decenas de baldosas de mi calle con las que te ponías pingando en cuanto caían cuatro gotes han sido fijadas o sustituidas, lo que me imagino será extensivo a otras zonas del concejo.
Entiendo que estas mejoras de última hora se irán haciendo más visibles en todos los problemas que a diario contemplamos o más bien padecemos. Por lo tanto, nos encontramos agradablemente sorprendidos.
Más o menos cada cual ya se lo podía imaginar. Resulta habitual en vísperas electorales, aunque en algún lugar al que no les llegó está "pedrea" no estarán, precisamente, muy contentos.
El comentario ahora habitual es que sería ideal que las elecciones se pudieran celebrar cada año. Todo iba a ser diferente, desde el inicio, comenzarían a moverse desde el primer día y no esperar para llegar con las prisas habituales de última hora a buscar soluciones a los problemas olvidados. Y también estaría bien "botar" a algunos con pésima memoria para cumplir las promesas una vez que se asentaron en la poltrona.
