Hace unos cuantos años, suman ya décadas, se celebró en Mieres un congreso sobre el futuro de las Cuencas. Pongo este ejemplo porque fui el primero al que asistí. Seguro que hubo más con anterioridad. Ayer, el campus de Barredo acogió el último. No digo que no vengan bien, aunque resulten reiterativos. Pero si a estas alturas aún no tenemos claro el diagnóstico y el tratamiento, mejor echamos el cierre y nos vamos. Más que análisis y propuestas, necesitamos imperiosamente actuaciones. Que el futuro pasa por las energías renovables, pónganse en marcha. Que hay que apostar por nuestros propios recursos -turismo, naturaleza, nieve, patrimonio industrial y minero, agroalimentación...-, aplíquense medidas para su desarrollo. Que Hunosa debe ser el motor de lo que vaya a ser, arránquenlo de una vez y denle potencia. Pero ya. El tiempo perdido va rebosando el hartazgo, por más congresos que se organicen...
