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A mi aire

A vueltas con la luz

Los elevados precios de la electricidad cargados de impuestos

España tiene multitud de problemas pendientes y la tarifa eléctrica resulta una de las más sangrantes y agraviante, y lo que es peor con pocos visos de solución. Es nada menos que un 85% más cara que la media europea, un precio muy elevado que no debe extrañar porque la mayoría se destina a impuestos.

El IVA sigue inamovible en el 21%, complementado con incentivos a energías renovables, cogeneración y residuos, costes de redes de distribución o para otros costes regulados. En fin, que ya tan solo les queda asignar una partida para cuando las puertas giratorias de los partidos coloquen a sus cesantes en los Consejos de Administración al uso se les asigne una tasa.

En Asturias, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, nos sigue dando sustos. Cada uno es un paso más de gigante hacia la pura ruina. Los avisos ya están dados y sus consecuencias ya son más que evidentes. Arcelor puede ser la puntilla definitiva. Para la mayoría de las familias la factura resulta asfixiante. Las va empujando a un túnel sin salida con caída libre a las capas más bajas de la sociedad.

Deberían de tomar ejemplo de nuestros vecinos de Portugal, que tras sufrir un doloroso y duro rescate por parte de la Unión Europea, en 2011, y con un gobierno de izquierdas desde el 2015 por el que nadie daba un euro, rebaja estos días en la factura eléctrica el IVA del 23 al 6%, amén de otros complementos.

Aquí se hace lo contrario e incluso avisan que los impuestos tienen que subir e incluso un "listu sindicaleru" pide adecuarlos a los países de referencia en Europa. Seguramente no tuvo en cuenta que los sueldos allí se multiplican por los nuestros, aunque el suyo estará a ese nivel.

Al final, gobiernen unos u otros, los remedios no acaban de llegar, pues como siempre ellos van a lo suyo que no suele ser lo nuestro.

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