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Ventana indiscreta

Haciendo ficción con Saramago (10N)

El efecto de la abstención en las próximas elecciones generales de noviembre

En la ficción de la novela "Ensayo sobre la lucidez", el autor portugués reflexiona críticamente sobre el funcionamiento de la democracia, narrando como en una ciudad, que no se nombra, la ciudadanía vota en blanco mayoritariamente, mostrando así su disconformidad con una democracia corrupta. Saramago se posiciona por el voto en blanco como acto revolucionario y lo contrapone a la abstención por ser ésta acusada de dejadez. No tengo muy clara esa reflexión sobre que el voto en blanco sea más "revolucionario" que la abstención. Si así fuese, no se llamaría a votar y no se volvería al mantra de que la abstención favorece no se qué y a no sé quién. Pero dejemos esa discusión para la teoría política y acompañemos al Nobel de 1998, en la ficción política de la novela. Solo que yo la plantearé desde una supuesta abstención del día diez de noviembre. Así, eludo el "plagio".

La novela de José Saramago tiene actualmente en España la suficiente vigencia para leerla, no solo como ficción, sino como posibilidad. El cansancio y el asco que muchísimas personas sienten/sentimos por lo ocurrido en el simulacro de negociación, hace a uno preguntarse si como en la novela la gente decidiese, de forma espontánea y sin acuerdo previo, no votar ni en blanco, es decir se abstuviese, qué podría ocurrir. El día diez de noviembre, si cientos de miles de personas, manifestasen su descontento hacia los partidos políticos y hacia la política en general absteniéndose con el " No nos representan", qué pasaría... Al menos, tendría un aspecto catártico y moral ya que se vota porque se confía en alguien o en algo. No parece lógico votar a quienes, de una manera procaz, escupen sobre la confianza que la gente les dan. Y sin el más mínimo sonrojo y autocrítica vuelven a pedir un voto que a posteriori no les va a ocupar, a la hora de legislar.

Las personas que después del vodevil montado tienen la desfachatez de volver a pedir el voto parece que o bien saben que la gente es idiota y sumisa ( algo hay) , o ellos y ellas se consideran por encima de la opinión de las persona a las que sin ningún remordimiento vuelven a intentar convencer para el voto. Considerando al votante como los hombres y las mujeres de la novela, también de Saramago, "Ensayo sobre la ceguera", en la que una "ceguera blanca" los hace comportarse como autómatas, recibiendo órdenes que cumplen sin preguntar por la razón de las mismas, sumergiendo así a la sociedad en un letargo cuya metáfora es la ceguera que llena de espanto a sus personajes. Parece que sí, que es eso: los políticos saben que nos invade la "ceguera del conocimiento" y que ellos, oh dioses, saben más que el pueblo al que acuden para, dicen, defenderlo y representarlo.

El precio de la hipotética abstención sería alto, como el mismo Saramago reconoce en su 83% de voto en blanco ( hay que recordar que las elecciones que se narran son municipales) lo pagaría, dice, " esto que llamamos democracia". En España, siguiendo con la ficción electoral, la amenaza sería un gobierno de derechas apoyado por los neofascistas de Vox contra el que tanto nos alertaban, hace meses, Iglesias y Sánchez en campaña. ¿Si de aquella les preocupaba sobremanera que el lobo viniera y se comiera a la Caperucita demócrata, si tanto daño se avecinaba, a qué viene ahora con unas ignominiosas elecciones poner una alfombra con la nueva cita electoral, que, ahora sí, pueden las derechas y los ultras salir airosos? Sólo hay una respuesta, al menos así la veo: porque el país les importa un comino. ¿Nadie va a reclamar, aunque también sea ficción, el dinero multimillonario de los electos y electas que sin dar un palo al agua han cobrado en el Parlamento?

Sobre la novela, el propio Saramago señala, "no soy ingenuo y en una situación límite en el que el poder se sienta acorralado se llega a extremos como en la novela, en la que los poderes fácticos actúan en nombre de la razón". Así, para "salvar al país", de un complot anarquista y terrorista, el Gobierno pone en marcha medidas represivas: censura, estado de sitio, estado de guerra... Y se busca a un chivo expiatorio al que se acusa de haber instigado el voto en blanco.

La pregunta que me hago es si esos "poderes fácticos", no han actuado ya sobre la razón democrática y han zancadilleado un posible gobierno, que más o menos, (yo, como Saramago, no soy ingenuo) podría haber sido de izquierdas. O no. En fin, ficción...

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