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Ventana indiscreta

Habrá que forzarla...

Un análisis sobre el acuerdo de coalición alcanzado por el PSOE y Unidas Podemos

La decisión está tomada, PSOE y UP, han firmado un preacuerdo desde el que negociarán para intentar formar un gobierno progresista de centro izquierda. En principio, y desde el escepticismo, junto con la prudencia, hay que saludar esa posible coalición de Gobierno, con un voto de confianza. Guste más o menos, no toda la izquierda está por la labor de aceptarlo, es lo que habrá y lo que marcará el futuro de la política española.

A uno le parece que el futuro gobierno es más fruto de la necesidad de ambos partidos que de la coincidencia en políticas y en ideología. El " imprescindible" acuerdo a la "vista de los resultados", que Sánchez dice en su carta a la militancia, deja pocas dudas al respecto. Vázquez Montalbán decía de la Transición que fue un producto de "correlación de debilidades", que en aquel momento había. Monereo, padre político de Iglesias, se hace eco de esas palabras para definir el preacuerdo y el futuro Gobierno. No me parecen fuera de lugar para suscribirlas, lo que no está en contradicción con el saludo a la coalición. Solo, es un importante matiz, que invita a huir de algunos triunfalismos que ya suenan en las filas de ambas organizaciones.

El escepticismo hacia ambos personajes está fundamentado en que mintieron tanto en esta última campaña, como en la anterior. Sánchez, lo hizo con el miedo hacia Podemos, además de intentar por activa y pasiva su destrucción. Ahora, es el mismo que en estos momentos intenta tranquilizarnos con un discurso manido y falso: " progresismo, firmemente progresistas... etc.". Iglesias, también en su campaña repitió cansinamente que el PSOE estaba fraguando un gobierno con el PP. Además de cambiar, en su tiempo político, el "bichi" de su bolera ideológica a tenor de los vaivenes políticos entreteniendo, más que aclarando, lo que él pretende. Su carta enviada a la militancia es toda una declaración de intenciones, que solo a los más fans puede convencer. La evolución de Pablo Iglesias y de su cúpula se puede definir, tomando prestados los versos del poeta: "Ahora sé que la nada lo era todo, y todo era ceniza de la nada... No queda de lo que fue nada..." ( José Hierro).

Hay que ser honestos, tanto como la presunción de honestidad de la que los partidos hacen gala. Sé que a los siempre incondicionales les molesta la crítica; la irascibilidad de unos y de otros se hace patente y niegan, más de tres veces, cualquier atisbo de crítica hacia sus respectivos partidos. Pero es obligado hacerla, no solo por honestidad propia, que no está reñida con la lealtad, también para evitar la manipulación a que se nos somete. Lo contrario es la sumisión y el aplauso facilón y simple.

Extraña que en UP nadie se pregunte cómo se compaginará, más allá de las opciones coyunturales tácticas, esos ministerios sociales que gestionarán con lealtad en la dirección política del gobierno, con el de "organización alternativa de la izquierda". No es una cuestión baladí. O Unidas Podemos ha aceptado la disciplina que el PSOE le impone. O el PSOE se ha volcado hacia la izquierda socialdemócrata, que representa UP. Ambos, eso sí, han aceptado la disciplina económica europea, lo que me temo no deje mucho margen para políticas sociales.

Por eso el futuro gobierno de centro izquierda va a necesitar poner todo su saber y hacer en la nueva coyuntura política que abrirán en España. Parte, en mi opinión, por un camino que no será de rosas. La derecha y sus nuevos amigos, esperan a la coalición. El PSOE/UP, necesitarán mucho apoyo, tanto para que hagan lo que se espera de ellos, como para acallar, con hechos, a los ya dispuestos doberman para morder.

El nuevo Gobierno se juega, no solamente el futuro político de la izquierda, también el de la democracia. Y el de una sociedad, la española, de clases y de mayorías sociales necesitadas que esperan/esperamos algo más que abrazos, ilusiones y sonrisas de monja. Deseo al nuevo gobierno, si se constituye, toda la suerte del mundo. Así, hago mía la canción de Labordeta en la que dice: "Habrá que forzarla para que pueda ser. Que sea como un viento que arranque los matojos..." Esperemos.

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