La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Dando la lata

Buena noticia

Aprovechando que el cielo nos dio una breve tregua, volvimos a convocar la tertulia del contenedor, si bien, precavidos que somos, todos acudimos con el paraguas aunque, esta vez, la humedad procedía del suelo.

Y, por primera vez en mucho tiempo, encabezamos nuestros debates con una buena noticia. Qué digo buena: excelente. Los diputados de nuestro parlamento regional se acaban de subir el sueldo. ¡Hip, hip, hurra! Una alegría que llegó en el mismo paquete de noticias que anunciaban que el Principado descarta las reducciones de impuestos y que no hay dinero para arreglar las carreteras ni túneles asturianos.

Se acabó la miseria. Ya era hora de poner fin a una injusticia histórica y rescatar de la pobreza a sus señorías, gente abnegada, laboriosa a más no poder y con unas capacidades extraordinarias, que están detrás del portentoso despegue de esta tierra. Y eso cobrando menos que una propina rácana.

En la tertulia del contenedor el sentimiento de satisfacción es unánime. Es más, todo es poco y aún tememos que el incremento salarial haya sido escaso. Son personas modestas, qué duda cabe, ejemplares en sus dichos y actos, que hacen de la austeridad virtud y a las que hubo que insistir tenazmente para que reconsiderasen la decisión de cobrar mucho menos de lo justo y debido.

Con el panorama general que presenta Asturias, consolidada, firme y fuerte para soportar el impacto de la enésima crisis que se nos viene encima, sólo faltaba la guinda del pastel en forma de subida de sueldo de la materia gris que rige nuestros destinos. Es lo menos que podemos hacer para que se sientan queridos y reconocidos.

Y si un acto de justicia como éste exige que los demás nos apretemos un poco más el cinturón, pues sea, lo que haga falta. Y si las carreteras están bacheadas y los túneles oscuros y con goteras, circulemos con más precaución. Y a la hora de pagar los impuestos autonómicos tengamos siempre presente las imágenes de nuestros queridos parlamentarios. Hagámoslo por ellos.

Compartir el artículo

stats