El pacto entre PSOE y ERC ocupa un folio y medio que, en una primera lectura, parece no decir nada. Y ahí reside el truco. La ambigüedad del lenguaje, la utilización de los eufemismos son los caminos por los que se esconde la realidad entre líneas. No dice nada, pero a la vez puede decirlo todo. Lo más claro es que se negociará de Gobierno estatal a autonómico, y se hará una consulta que ya se verá qué cosa es. No se cita la Constitución, sino que se apela a las leyes de la democracia. Vale para una independencia y para una invasión militar. Las ambigüedades son peligrosas, generan incertidumbres tenebrosas y dan pie a exacerbar la confrontación. Como a Sánchez esta arriesgadísima apuesta no le salga bien, gobernará la derecha hasta que Leonor tenga nietos. Lo dijo muy acertadamente Gabilondo.