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Como el río

Contaminación

La polución es algo que está ahí, en todos los ámbitos de la vida

Ambiente enrarecido, contaminación al canto. Contaminación al canto, ambiente enrarecido. Por donde quiera que se mire, hay contaminación. En las cuencas -ustedes lo habrán leído muchas veces- la polución está originando problemas. Hay mucha gente que respira mal. Y hay quien dice que las minas contaminaban, y contaminan el medio ambiente y por eso -y por otro- se cerraron. Y se cierran. Las centrales térmicas, contaminan, y ya saben ustedes que tienen los días contados. O sea, la contaminación, pese a los ecologistas, está por encima de todo. Y de todos.

Los coches, con el combustible que sea, contaminan. Y hay que tomar medidas, y en eso parece que están los organismos, que ellos no contaminan nada, nunca. Los coches en tierra, y los aviones -tanta clase de ellos- en el aire, ¿no contaminan nada? Y las aguas, a las que van todos los desechos de la cloaca humana, ¿qué decir? Porque las aguas, no sé si contaminan, pero contaminadas sí que están, sí.

Los ruidos, los estruendos, ¿no contaminan nada?? ¡Ah los políticos, qué listos son! A los estruendos de todo tipo, le dicen contaminación acústica. Contaminación y más contaminación, por lo visto estamos rodeados de ella por todas partes. Por tierra, por cielo y por mar. Estas tres partes del mundo donde Franco era invencible?

A la chatarrería que va quedando en distintos lugares de nuestro entorno, que ofrecen una innegable contaminación visual, no son residuos contaminantes industriales, son -es- arqueología industrial? El lenguaje, ¿no contamina?

Contaminación -¿o no será así??- hay hasta en los domicilios de las urbes donde no solo habitan personas contaminantes, sino que habitan, con las personas, incontable clase de animales, especialmente canes, que también parece que contaminan con sus ladridos al resto la vecindad, aunque hay quien dice que no. Que son las personas las que contaminan más. O sea, que ladran, que algunas lo hacen. Y en las calles abundan los ladridos. Lo que no es contaminación acústica del bestiario. Eso es vida del Paraíso. Contaminación es otra cosa.

Los estruendos de motores, especialmente de máquinas móviles, ¿tampoco contaminan con sus gases y sus violentos rugidos? La contaminación es hoy tan abundante como sea la transigencia de los organismos de Salud, que, conociendo los resultados nocivos de tantos y tan descomunales ruidos, no se sabe que tomen medidas para evitarlos, o hacer que los eviten las llamadas autoridades.

El abandono de nuestros ricos castañedos, antaño alimento de los medios rurales cientos de años e incluso antes de Cristo, ¿no será contaminación del abandono y de la desidia? O será que, para revitalizar la riqueza maderera de los castaños, y el fruto que producen, ¿han de dar el visto bueno determinados organismos? ¿No habrá mucha contaminación burocrática, que también necesita que sea saneada?

Verán, la contaminación es una realidad que está ahí, en todas las áreas de nuestra vida: eso es indiscutible. E innegable. Y tan contaminado está todo, que hasta hay quien se molesta -y se va a molestar- por decir nosotros lo que se observa contaminante.

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