Que no repiquen aún las campanas de la colegiata de Tanes: se ha ganado una batalla muy importante, pero no la guerra. Quedan pendientes escaramuzas relevantes. No pretendo aguar el entusiasmo que ha propiciado la noticia de que, al fin, el Gobierno asturiano dio luz verde a la navegación en el pantano tras años de cerril e incomprensible cerrazón: la excusa era el daño que podría causar a la calidad del agua embarcaciones a remo, en un embalse que recibía los vertidos de los pueblos de los alrededores sin ninguna salubridad; a un agua llevada a las casas por conducciones añejas y que siempre requería de potabilidad. Afortunadamente, agua pasada... Pero todavía queda un trecho por remar, que dependerá del Ayuntamiento de Caso y de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, veremos cuánto de largo y tortuoso. Me temo que no será para este verano. Pero disfrutemos del primer triunfo hasta la victoria final...
