Aplausos a las ocho en ventanas y balcones, luces azules y sirenas ante los hospitales... El reconocimiento unánime al trabajo del personal sanitario. Los vehículos policiales llegaron ya, en esa marea imparable, a las urgencias de los centros de Mieres y Langreo. El clamor ciudadano se escucha cada tarde. Guerreros en primera línea de coronavirus, sufriendo largas jornadas, estrés y contagios. Una labor impagable, cuando nuestra salud está en sus manos. Todo reconocimiento es menor, aunque a veces un aplauso, una palmada en la espalda, unas gracias sentidas, reconfortan con todo el calor popular. Quienes han pasado por los hospitales, han estado una noche en urgencias, confiaron su salud quebrada a su profesionalidad dan mucho más valor a su esfuerzo. Va por ellos...