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Desde la Meseta

Semana Santa sin, sin...

La ausencia de celebraciones religiosas abiertas al público

Entramos en una Semana Santa sin celebraciones religiosas y después en un Domingo de Pascua, exento de un montón de fiestas y jolgorios. Me explico para un mejor entendimiento. No hay palmas ni ramos para su bendición y, por tanto, los padrinos no podrán poner en sus balcones ni ventanas la palma o ramo bendecidos de sus ahijados.

A su vez, el ahijado corre el riesgo de no recibir el consabido bollo dulce. ¿Ven? Son dos domingos, de Ramos y Resurrección, como señalo en el título de estas líneas "sin, sin". El conoravirus ha dejado hueco para todos.

Las procesiones de Semana Santa en muchas capitales y poblaciones de relieve se notarán por su ausencia. Los que aprovechaban para escaparse unos días de vacaciones, hoy no pueden ausentarse de su casa habitual, salvo riesgo de recibir una cuantiosa multa. Los hoteles estarán vacíos, las carreteras desiertas, los restaurantes cerrados porque no hay ni clientes ni servicio que atienda. Y todo ello porque está prohibido salir de casa sin necesidad perentoria, ni viajar sin una justificación. Sin, sin...

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