En una de las muchas colas interminables que esta temporada llevamos padeciendo -bancos, kioscos, tiendas de alimentación, supermercados?- resulta fácil escuchar comentarios de personas que, en voz alta, hablan entre sí a la distancia reglamentaria para mostrar sus inquietudes.
¿Ya hiciste la declaración de Hacienda? Inquiere uno; no, responde el otro, cada vez nos lo ponen más difícil, y esti añu tan pensando todavía si la podemos hacer de modo presencial en la Delegación..., todo a cuenta del dichoso bichu, y eso que ye a devolver, tengo tiempu, pero?
Una señora está preocupada por la subida de precios en multitud de productos de primera necesidad y lo remata con un "ya veréis como a la hora de la verdad no lo vamos ver reflejado en los índices el IPC o como coño sea eso". Asentimiento en la cola.
Muchos están resignados ante la situación actual, pero siempre hay alguno que echa por la boca sapos y culebres a izquierda y derecha, y va caldeando el ambiente a cuenta de los miles de millones que el gobierno va a repartir entre las diversas Comunidades, pues creen que ya se arreglarán para que la parte gorda del panchón vaya a los de siempre y para Asturias migayines, si sobren.
En la cola a la que me refiero había 28 personas delante de mí, de ahí tanto tiempo para escuchar sin poder abstraerse, pero por si la cosa no estaba bastante chunga, y como no puede faltar el aguafiestas de turno, la guinda la puso el que dijo "eso no ye na", tan preparando con motivo de ayudar al país un recorte de pensiones, y quitanos la paga de julio, pero los cabrones de ellos siguen cobrando el total sin dar golpe. Respigos y pelos de punta hasta a los calvos.
Llegados ahí, la cosa entró en ebullición, y como después de casi media hora de espera me tocó entrar, ignoro cómo acabó.
Simplemente lo transcribo, con la seguridad de que muchos de ustedes les ha sucedido otro tanto de lo mismo con temas similares.
