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Tribuna

El PP de Mieres o el día de la marmota

Defensa desde IU del Gobierno y del alcalde de Mieres ante las críticas del Partido Popular

Las cosas no ocurren por casualidad. Y menos en política. Hace trece años el PP tenía en Mieres casi 7.800 votos y ahora apenas supera los 2.000. Es decir, perdió el 75% de su apoyo y las consecuencias son evidentes: han pasado de siete concejales a dos.

Los números describen una realidad: el Partido Popular camina con paso firme hacia la irrelevancia. Por desgracia, en todo este tiempo no han considerado oportuno realizar una reflexión seria y profunda sobre su estrategia política, haciendo autocrítica, detectando los errores cometidos y adoptando las medidas necesarias para corregir el rumbo y recuperar la confianza de su electorado. Al contrario, los dirigentes del PP local han optado por negar la mayor y emprender una huida hacia delante tan irresponsable como peligrosa para los intereses de su partido.

En esta situación, con el barco a la deriva y medio hundido, la única estrategia de los dirigentes del PP es protagonizar su particular versión del día de marmota. Da igual que nieve, llueva o haga calor, el PP repite día tras día la misma rutina: atacar al alcalde de Mieres, acusándolo de todos los males habidos y por haber. La seriedad, el rigor o la solvencia hace tiempo que dejaron de ser cualidades que importaran en la sede local del Partido Popular.

Hace unos días el portavoz municipal del PP consideró que movilizar casi un millón de euros en ayudas para el comercio y la hostelería en nuestro concejo era una "ocurrencia". El presidente del PP acaba de doblar la apuesta y no tiene el menor rubor en exhibir públicamente su desconexión con la realidad con un artículo al que le sobra odio y le falta propuesta.

El presidente local del PP es incapaz de reconocer la realidad: los Gobiernos de Aníbal Vázquez impidieron la quiebra del Ayuntamiento, primero; y luego sanearon las cuentas municipales; mientras el Principado y el Gobierno de España negaban el pan y la sal a este concejo, consiguieron financiación europea para impulsar la Estrategia de Desarrollo Sostenible que supuso más de seis millones de euros para el concejo; y todo esto en nueve años en los que esperando por el cuartel de la Guardia Civil, los recursos para recuperar el patrimonio minero o la ampliación del Campus (por poner solo tres ejemplos).

La tragedia es que el PP es que parece que ha acabado por creerse sus propias mentiras. No se puede explicar que ni tan tenga el detalle de reconocer públicamente el importantísimo esfuerzo que han desarrollado los trabajadores municipales en esta crisis. Un trabajo que, si me permiten, voy a resumir con tres ejemplos: las trabajadoras y trabajadores de los servicios sociales municipales, que garantizaron el seguimiento y apoyo a las familias que peor lo estaban pasando; la Policía Local y las personas voluntarias de Protección Civil, que no han escatimado esfuerzos para garantizar la seguridad, distribuir alimentos o medicamentos.

Ante esta crisis sanitaria, el Gobierno de Mieres anunció una moratoria fiscal, ha llevado a cabo una reorganización de los servicios para afrontar la crisis del coronavirus, ha desplegado un plan de contingencia para garantizar la seguridad de trabajadores y vecinos, puso en marcha programas para llevar a domicilio comida y alimentos, reforzó las ayudas sociales, ha colaborado con el Hospital y la residencia sanitaria instalada en el Campus y ahora está a punto de poner en ayudas para comercio y hostelería local con un presupuesto cercano al millón de euros? pero todo esto parece motivo de chiste para la derecha.

El Gobierno ha dado explicaciones puntuales a los grupos de la oposición e incluso ha rendido cuentas en dos ocasiones en el Consejo de Participación Ciudadana, donde están representados los colectivos y organizaciones del concejo.

Todo esto no existe para el presidente del PP, que ha confundido la crítica al gobierno con la mentira, y parece empeñado en protagonizar una carrera de autos locos con su portavoz municipal para ver quien estrella primero el barco. No me extraña que la decepción se haya instalado hace tiempo en los votantes del PP. No se merecen semejante día de la marmota.

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