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El número 21

Las confusas instrucciones ante el inicio de las clases en los institutos

El pasado sábado 26 llegué temprano al instituto porque aún quedaba mucha tarea por hacer antes del inicio de las clases. Mientras esperaba a mis compañeros del Equipo Directivo comencé a escribir estas palabras.

El día 15 de septiembre, llegó al correo electrónico de nuestro centro (e imagino que también al del resto de los de enseñanza secundaria), un comunicado firmado por el Director General de Personal que recogía la siguiente instrucción: "Los grupos estables se crean si no hay espacios disponibles que garanticen la distancia mínima para estos cursos" (refiriéndose a 1.º y 2.º de la ESO) , "de manera que no es posible la creación de nuevos grupos estables de 20-21 alumnos en 1.º y 2.º y mantener grupos de más alumnos en otros cursos, para los que se contempla la semipresencialidad".

Tras leer el mensaje, inmediatamente entendimos que la ratio máxima de 1.º y 2.º de la ESO no iba a ser de 20 estudiantes, o excepcionalmente de 21, como llevábamos semanas oyendo en prensa todos los ciudadanos, pues según este correo, si podíamos ubicar a un grupo de estos niveles y de más de 21 alumnos, en un espacio del centro que permitiera cumplir con las medidas de prevención, allí tendríamos que ubicarlo, ya que visto lo visto, la Consejería no iba a aprobar la creación de otra unidad más de ese nivel (1.º o 2.º) si existía esa posibilidad. Además, en el caso de nuestro instituto ¡esta instrucción abocaba a los cuatro grupos de bachillerato a la docencia semipresencial!, ya que al menos uno de cada nivel superaba las 21 matrículas por grupo, (en el caso de 1.º de bachillerato, los dos), ¡y la Consejería había aprobado la creación en nuestro centro de un grupo estable (grupo covid) en 2.º de la ESO! Esto, según la instrucción comunicada, implicaba que aunque pudiéramos adaptar para nuestro alumnado de bachillerato otros espacios del centro que garantizaran la distancia mínima (laboratorios, biblioteca?), no podríamos ofrecerles enseñanza presencial, ¡porque de repente ambas medidas no eran compatibles!

Mezclando el alumnado de las dos modalidades de 2.º de bachillerato que se ofertan en nuestro IES, logramos equilibrar las ratios de los dos grupos de este nivel de forma que ninguno superara el número mágico: 21. Así, podrán tener docencia presencial sin contradecir la instrucción mencionada. Pero no fue posible hacer lo mismo en el nivel de 1.º de bachillerato, puesto que el número de matrículas era demasiado elevado.

Los equipos directivos no sólo entendemos el correcto castellano, algo que D.ª Carmen Suárez Suárez puso en duda en unas declaraciones a prensa meses atrás, sino que también sabemos pensar. Y yo pienso: si se dispone de los espacios necesarios para ubicar a todos los grupos de un centro, cumpliendo por supuesto con el protocolo de prevención del covid dentro de las aulas, ¿por qué esta instrucción obstaculiza la enseñanza presencial en todos ellos? Sigo pensando y caben tres posibilidades:

1.ª) Que las ratios de todos los grupos de 1.º y 2.º de la ESO sean menores o iguales a 21: no es necesario crear grupos estables adicionales, luego tampoco lo es contratar más plantilla docente. Queda todo en manos de la organización de la Dirección.

2.ª) Que la ratio de algún grupo de 1.º y/o 2.º de la ESO sea mayor que 21, pero que haya disponibilidad de espacios en el instituto para ubicarlos cumpliendo con la distancia de seguridad: entonces no se crean grupos estables adicionales, y así tampoco es necesario contratar más plantilla docente. Pero el precio a pagar será la semipresencialidad para los alumnos de cualquier nivel superior a 2.º de la ESO, si en ese nivel hay al menos un grupo al que ya no se le puede adjudicar un espacio garantizando la distancia de seguridad, porque hay que tener en cuenta que éstos ya han sido asignados según la instrucción a cursos de niveles inferiores. Se prioriza entonces la semipresencialidad en cuatro niveles frente a la contratación de profesorado en dos.

3.ª) Que la ratio de algún grupo de 1.º y/o 2.º de la ESO sea mayor que 21, pero sin disponibilidad de espacios para ubicarlos a todos cumpliendo con la distancia de seguridad: entonces, ahora sí, se crean grupos estables adicionales con la consiguiente contratación de plantilla docente. ¡Pero cuidado!: de 3.º de la ESO en adelante, si un grupo supera los 21 alumnos, siguiendo la medida impuesta en el mail del 15 de septiembre todos los estudiantes de su mismo nivel pasan directamente a enseñanza semipresencial. ¡Todos! Incluso si en ese nivel hay grupos de 21 alumnos o menos que tengan espacio seguro en el centro, (y es que ¡esa es otra!: por aquello de que ninguno se quede atrás, las indicaciones son que los dejamos a todos atrás. Cae un grupo, y caen todos los de su mismo nivel).

Tras este análisis, entiendo que la comunicación del 15 de septiembre por parte del Director General de Personal garantiza que no se va a contratar a un solo profesor para la creación de un grupo estable, si previamente se puede tomar la medida de pasar a todo un nivel a docencia semipresencial, o a más de uno si fuera necesario.

Quizás este razonamiento mío no sea correcto, porque otro aspecto del que somos conscientes los que pensamos es que a veces nos equivocamos. De cualquier manera, una instrucción por parte de la Consejería, que en el caso del nuestro instituto ha desembocado en la docencia semipresencial de 59 estudiantes, creo que bien merece ir acompañada de una explicación por parte de aquellos que la dan. Ya no por respeto al trabajo y al compromiso de los Equipos Directivos, sino por el derecho que tienen las familias afectadas a ser informadas del motivo por el que se tomó tal medida.

No puedo evitar plantearme qué malabares se habrá visto obligado a hacer el equipo directivo del centro de educación primaria del que mi hijo es alumno. Y si alguno de ellos le afectó directamente. Sólo me queda confiar en el buen hacer y en la dedicación que ha demostrado hasta ahora esa dirección.

Y también me pregunto lo siguiente: ¿cómo es que llegado a este punto no he dimitido de mi cargo? Hace meses que su desempeño afecta a mi salud, que mi desmotivación es absoluta y que desconfío en que el trabajo que realizo como miembro de la dirección sea realmente beneficioso para la Comunidad Educativa. Creo que la respuesta es mi lealtad hacia el resto de compañeros que constituyen este equipo directivo del que formo parte.

Así que esta semana abriremos las puertas del IES David Vázquez Martínez, porque hay que tirar para adelante, aun cuando desde la Consejería de Educación no nos digan en qué dirección. Haremos como el pirata Jack Sparrow, cuando se encuentra subido sobre esa gigante rueda de madera que avanza sin control, y lo único que puede hacer es correr sin parar para no caerse.

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