La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

A MI AIRE

Reflexión muy personal

El paso de los años cuando uno mismo los cumple

Por una vez, y sin que sirva de precedente, voy a dejar a un lado el análisis de las cosas que no me gustan de mi entorno, entre otros muchos temas que habitualmente trato en estas páginas. Me tomo el atrevimiento de dedicarme la columna en exclusiva, dado que hoy miércoles cumplo años y, aunque de sobra sé que resulta tema muy personal, me doy ese capricho.

En alguna ocasión he utilizado la metáfora de "que la vida pasa tan rápido, que ni el más sofisticado radar es capaz de detectarla". Así que de repente te encuentras con una cifra en tu DNI que nunca se te ocurrió pensar en ella.

Lejos quedan los tiempos en que los años no corrían en absoluto y ahora vuelan como si fueran meses, y a las personas de cierta edad -como uno mismo- no nos lo están poniendo nada fácil con las calamidades actuales.

Pero bueno, ¡que coño! Lo importante es seguir cumpliendo etapas y sobre todo en condiciones óptimas, disfrutando de nuestro día a día sin excesivos sobresaltos. Además de recordar con afecto y cariño a muchos amigos y conocidos que no tuvieron tanta fortuna y se fueron quedando por el camino.

Y aunque el espejo o una antigua foto nos muestren una realidad que poco nos gusta, el que no se conforma ye porque no quier, por lo tanto habrá que seguir tirando como se pueda, con el aviso a navegantes -a mí también me pasó- que cuando uno se da cuenta, el tiempo transcurre en un abrir y cerrar de ojos. Y no son "coses de paisanos", sino pura y dura realidad constatable. Doy fe de ello.

Así que me permito el lujo de "autofelicitarme", y a las personas que me leen, que lo sigan haciendo muchos años, buenísima señal que indicaría que todos seguimos por aquí "dando guerra".

Tomaré una par de copes de buen vino por todos, complementándolo, además, con petición de mucha salud, también para todos.

Compartir el artículo

stats