La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Luis M. Alonso: Cuatro novelas con suspense, Chesterton y un viaje insólito

Repaso a media docena de libros que merecen ser leídos y, sin embargo, no figuran en las listas más habituales ni en los balances fin de año

Cada vez que expira un año es como si lo hiciera también la última posibilidad del libro que aguarda su momento a ser reseñado. Este, 2017, como ha sucedido antes con otros, ha concluido con menos semanas de las necesarias para cumplir el compromiso , no de la lectura, sino de la divulgación de algunos títulos. El resultado en este caso son seis interesantes propuestas de lectura: cuatro novelas, los ensayos de Chesterton seleccionados por Auden y un ejemplar inclasificable, un extraordinario viaje a lugares inexplorados que jamás aspiró a convertirse en una guía.

1. Joyita. El de Patrick Modiano es un estilo único, sólo repetible por él mismo. Siempre engancha su atmósfera, la geografía parisina, el blanco y el negro, las luces mortecinas que iluminan esos flujos de la memoria que acuden en auxilio de la trama creando un inquietante suspense, digno de la mejor literatura de género. Joyita(2001), la última de las novelas del autor premio Nobel publicadas por Anagrama, proyecta destellos y sombras trás una vida ordinaria, la de una joven que cree haber visto a su madre que la abandonó cuando era niña para irse a Marruecos. No es Un pedigrí (2005), Dora Bruder (1997), La Calle de las Tiendas Oscuras (1978), ni su Trilogía de la Ocupación, pero pertenece a ese mismo universo inconfundible trenzado con materiales autobiográficos, recuerdos del pasado, secretos que vuelven para seguir siéndolo o exponerse a ser desvelados. Modiano se desenvuelve como nadie en las pequeñas intrigas cotidianas, en esas miradas que proyectan misterio. "Cuando más me clavaba los ojos verdes, con más claridad me veía yo por dentro. Me parecía incluso que me desprendía de mi misma".

2. Ensayos escogidos. No es necesario darle la razón para estar de acuerdo con Chesterton. Yo siempre lo estoy incluso con todo aquello en lo que no coincido con él, que es bastante. A Chesterton es necesario leerlo en nuestros días guardando las distancias y observando el contexto en que fue escrito para disfrutar de su magnífico ingenio y nada desdeñable sabiduría. Era un tipo lógico y, a la vez, un ser absolutamente ilógico. En el preámbulo de sus ensayos escogidos, Auden cita una de sus piezas La ética del país de los elfos, en la que Chesterton admite cómo su propio patrón se basa en los cuentos de hadas. El prologuista subraya que si disfruta leyendo sus escritos más disparatados es porque muchos elementos del suyo propio provienen de la misma fuente mágica. No me importa pensar que a mí me sucede tres cuartos de lo mismo, así que no me cuesta nada estar de acuerdo con Chesterton, y lo contrario me supone un esfuerzo que no estoy dispuesto a asumir. En sus Ensayos Escogidos, que publica Acantilado, trata con la amenidad que le es característica de lo divino y de lo humano, de literatura sobre todo, de mitología y de filosofía, y, naturalmente, de Bernard Shaw.

3. Por ley superior. Alguien ha comparado a Giorgio Fontana (1881) con Sciascia. No creo que sea para tanto pero se trata de un escritor treintañero que se las ha arreglado para cogerle pronto la medida al thriller político, un género que los italianos se han empeñado en dominar tanto desde la novela como desde el cine. Por ley superior es la historia de un magistrado de Milán, Roberto Doni, frente al dilema que plantea la burocracia de la justicia en conflicto con la verdad. Arrastrado por una periodista que acude a él para convencerlo de la inocencia de un acusado, inicia un descenso a los infiernos. El fuego sagrado de la verdad lo conduce de cabeza a hacer lo contrario a lo que la verdad dicta para llegar a una nueva interpretación de los hechos.

4. El trabajo cultural. Luciano Bianciardi repasa en su novela la Italia de los primeros años de la posguerra, las tardes en una ciudad de provincias, puede que Grosseto, en la Maremma, lentas y largas, la investigación estéril de sus orígenes, el joven, despierto y airado contra el poder; el nuevo mito que representa América; el primer fermento cultural; el partido que promueve el trabajo de la cultura ; el descubrimiento del cine y su lenguaje, y las bibliotecas públicas vistas no como almacenes de libros, sino como herramientas para difundir la alfabetización en un país aún atrasado. Aquí están el choque entre el idealismo político y la solidaridad con los oprimidos, de los cuales Marcello es campeón. Bianciardi maneja con hábil ironía el lenguaje estereotipado de los intelectuales de izquierda dispuestos a tomar la delantera.

5. Fuera del mapa. Acertada edición de Blackie Books de un libro inclasificable. Como su subtítulo indica, un viaje extraordinario a lugares inexplorados. Por sus páginas desfilan lugares, y no lugares, que van de lo mundano, un estacionamiento de aeropuerto, a lo espectacular: laberintos urbanos subterráneos, ciudades muertas, tierras de nadie, geografías ocultas, enclaves y naciones secesionistas -Sealand y Gagauzia, por ejemplo- y espacios perdidos, zonas fronterizas cambiantes y controvertidas, cementerios habitados, ciudades abandonadas y lagos resecos. Alastair Bonnett describe el libro como un viaje, hasta los confines de la tierra y el otro lado de la calle, hacia donde tenemos que ir para alejarnos de la rutina. Un viaje realmente extraño.

6. Maigret en el Picratt's. Simenon, señoras y señores, Simenon. Uno de los más grandes autores del siglo XX. Otro caso de Maigret. Bajos fondos, instintos rastreros, pasiones humanas... ¿Qué decir?

Compartir el artículo

stats