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Margaret Atwood explora las mil caras de un asesinato en Alias Grace

Una novela basada en un hecho real, la muerte de un hombre y su ama de llaves en su casa de Canadá en 1843

Margaret Atwood explora las mil caras de un asesinato en Alias Grace

Margaret Atwood (Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2008) parte en esta novela de un hecho real, el asesinato de un hombre y su ama de llaves en su casa de Canadá en 1843. Doble asesinato por el que fue ahorcado su criado y sentenciada a cadena perpetua como cómplice necesaria Grace Marks, de sólo 16 años, también empleada de la casa.

Atwood había llegado a tener conocimiento de este suceso a través de otra autora, la pionera Susanna Moodie, cuyo libro, Roughing it in the Bush (1852), convirtió Atwood en poemas en Los diarios de Susanna Moodie (1991). Moodie había visitado a Grace en la cárcel y en el manicomio, y dejó una dramatización del asesinato en Life in the Clearings (1853).

Esta lectura desazonó tanto a Atwood, que siguió investigando y meditando sobre el tema. Consultó los periódicos de la época y las actas de la prisión, a la vez que se instruyó en el mundo victoriano, su sistema legal y carcelario y las posibilidades que tendría una mujer para defenderse. La novelista se plantea, pues, llegar lo más al fondo posible en este asunto e inicia así su incursión en el mundo de los thrillers sociales y psicológicos.

El resultado es Alias Grace, en la que la autora asegura haber sido fiel a los hechos para los que encontró información y haber llenado con su imaginación los espacios en blanco: "Como había muchos huecos en la historia, hay mucha invención en la novela". La obra se materializa como una "metaficción historiográfica", término crítico acuñado por la teórica canadiense Linda Hutcheon; es decir, una novela en que se fusionan los hechos documentados (no necesariamente ciertos) con la creación literaria para abrir posibilidades y matices a lo que pudo haber sucedido.

Grace Marks nunca admitió que hubiese tomado parte en el asesinato, pero tampoco dijo lo contrario. Su mutismo podría ser debido a la amnesia, a la que aludía, pero también a evitar auto-inculparse o a que consideró inútil defender su inocencia. Las opiniones contemporáneas al juicio se expanden desde quienes la consideran un monstruo de perversidad hasta quienes creen que es un ángel inocente. Atwood traduce esto en la proyección de las creencias propias que las personas llevan a cabo sobre aquello que enjuician.

La obra se resuelve en dos voces principales, la de Grace y la del médico y psicólogo Simon Jordan, que nos permiten seguir las consideraciones de la propia encausada, las de su entorno y las de una ciencia en ciernes. Grace, bien inocente o manipuladora, nunca llegaremos a saber cuál, se maravilla de las opiniones tan variadas y contradictorias que su persona suscita, y se pregunta "cómo puedo ser todas esas cosas distintas al mismo tiempo".

Si bien el asesinato y posterior suerte de Grace son el eje de la novela, Atwood nos informa sobre la vida anterior de la protagonista, inmigrante a los 12 años desde una vida mísera en Irlanda y siempre en duermevela para defenderse del derecho de violación de los hombres que la rodean. Su vida en cautiverio es más relajada y regalada que había sido su vida "en el mundo".

Las múltiples variables de la biografía de Grace Marks, de quien quedan incluso grabados de la época, y de las reacciones que generaba se representan en la novela a través de la técnica del quilt, consistente en coser y combinar multitud de cuadrados de igual tamaño pero diferente diseño y color para confeccionar una colcha o un tapiz que narre o sea expresión de una historia.

La verdad de Grace Marks se fue con ella a la tumba. Pero nos queda la literatura, y la serie de seis horas de Netflix, del mismo título, dirigida por Mary Harron en 2017. Alias Grace puede producir todavía más piezas para su historia.

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