No vamos a descubrir ahora a uno de los mayores narradores del siglo XX. Sí cumple, sin embargo, comunicar que Juntacadáveres (1965), imposible de encontrar ya fuera de las librerías de viejo, está de nuevo al alcance del lector, en edición de Eterna Cadencia. Cuando el uruguayo Onetti (1909-1994) la publicó, hacía años que reinaba desde la cima de su madurez creativa y, de hecho, ya había escrito las otras dos novelas que componen su inmortal ciclo de Santa María: la fundacional La vida breve (1950) y la suprema El astillero (1961). En realidad, Onetti estaba enfrascado en Juntacadáveres cuando la interrumpió para embarcarse en El astillero. Como quiera, estas páginas funcionan como orígenes, o "precuela", ya que explican la llegada de Larsen a la vetusta Santa María. Lo hace en tren y acompañado de tres prostitutas para poner en pie un burdel. El resto es historia de la Literatura.
