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Poesía

El vigor de la espiga

Piel de Trigo, el libro con el que Servando Cano obtuvo el premio "Ciudad de Salamanca"

"Para vivir me basta el dolor de un surco/ y el brote de una espiga", son unos definitorios versos de Piel de Trigo, el poemario con el que Servando Cano , obtuvo el XXI Premio de poesía "Ciudad de Salamanca". Es, también, el segundo poemario del asturiano tras La lengua de Mirlo, Premio Internacional Ateneo Jovellanos en el 2009. El amplio bagaje intelectual de Cano, licenciado en Sociología, conoce la Sorbona de París, y tiene posición y estacionamiento en el poema. "En cada verso late un deseo de comunicación sincera e íntima como lugar en que el poeta da rienda suelta a sus ríos interiores", explica Cano. Piel de Trigo transpira una especie de fragancia y gusto por lo primigenio como numen y fuente de inspiración. Un libro compacto que arroja una voz personal, tejida de llanto y regocijo, atizando un fuego sereno.

Es una obra muy enraizada con la naturaleza, una comunión entre lo natural y lo poético, reiterado en muchos pasajes, que su autor explica. "La poesía es una búsqueda o una participación entre la realidad y la experiencia poética de ella a través del lenguaje. La naturaleza y el paisaje ocupan un lugar central en mi poesía. Es el lugar del habla", expone el autor de Piel de Trigo. Y cita la distinción que Emilio Lledó, filósofo de la lengua "hace entre el habla (nace de la necesidad de sentir la compañía de otros, de salir de la soledad, de emitir sonidos que la lengua convirtió en palabras); el lenguaje (universo de símbolos e imágenes con los que amasamos el mundo de las relaciones humanas, de la verdad y la mentira) y las palabras (el libro se convierte en una morada, en el espacio físico que habitamos). La tarea del poeta es convertir el habla en lenguaje. El primer acto del proceso de lacreación poética está en acudir al lugar del habla". Remata con una cita de Claudio Rodríguez: "dichoso el que sale al mundo y de pronto ¿qué es esto?, mira a lo alto y ve, pone el oído al mundo y oye, anda, y siente subirle entre los pasos el amor de la tierra".

Para Cano "el poema se construye al modo de la abeja que después de libar en las afueras regresa a su colmena para construir panales de hermosa geometría. Mis poemas son un verse mirando. En esa mirada está la naturaleza y el paisaje, también la vida, la respiración vital del hombre. No hay una visión idílica o bucólica de la naturaleza en el sentido del romanticismo del siglo XIX, incluida la concepción panteísta de Hölderlin". En coherencia con esa visión, Piel de Trigo ofrece "una realidad trascendida, modificada por la conciencia del poeta: es más una poesía de la conciencia que una poética del paisaje".

Respira el libro cierta depuración en las formas y el fondo, es un anhelo de perseguir en la poesía la pureza. Sobre la diferencia entre sus dos poemarios Cano apunta que La lengua del mirlo "tiene un tono más narrativo; en cambio Piel de Trigo es más meditativo, más emotivo: es un decir desde el interior. No hay alardes verbales. Los poemas son breves porque lo que importa es la vibración más que la extensión: como las notas del piano de Chopin que sigue vibrando cuando el pianista retira sus manos del teclado. El poema se encoge, casi como un haiku, como si tuviera miedo de salir al aire. La palabra, qué torpe vientre hinchado nos dice Vicente Aleixandre". La referencias de la obra son múltiples. "Pretendo, además, que el poema no se agote en su ímpetu vital. Hay en el libro poesía de la poesía que envía al lector a otras obras poéticas: Borges, Whitman, Leopardi, Baudelaire, Emily Dickinson, Paul Celan".

Piel de Trigo se nutre y alumbra de contrastes, según su autor. "La realidad es paradójica: hay luz y ocaso de la luz, dolor y gozo, vida y despojo, pérdidas. El poema tiene que vérselas con estas antinomias y empujar la palabra hacia lugares más habitables. En el cuello de cisne de la cobra está el baile y el veneno. Los SS nazis llevaban a Hölderlin en la mochila e interpretaban a Schubert en sus momentos libres. La tarea del poeta consiste en no negar el dolor, en discernir el bien y el mal, la verdad y la mentira. El título de uno de los grandes libros de Aleixandre Espadas como labios, expresa la tensión dramática: violencia/destrucción, amor/beso. La tarea del escritor es subir a sus hombros la realidad de este drama. Las palabras aisladas nada significan si no se ponen en relación".

El lenguaje de los pájaros está muy presente en toda la poesía de Servando Cano, un modo de crear un idioma poético, que el poeta asturiano justifica con una cita de José Ángel Valente:"Me esfuerzo en descifrar un pájaro". "La vida de los pájaros tiene un gran poder de evocación: es canto (celebración de la vida) y vuelo (aire, libertad). Es también dolor: cuánta tristeza en un pájaro caído que agoniza en la nieve o en un rincón lleno de dolor. Es como cerrar el aire, el cielo. ¿Qué haremos cuando se apague la audición del mundo? En el poema "Saber de pájaros" cada pájaro se convierte en una pregunta. El poema mira, observa, narra (un arrendajo, un pardal?) pero el poema se quiebra en sus versos finales, para volver al interior del hombre. Al ruiseñor que canta día y noche "creando luz en el ramaje oscuro" como dice Gamoneda, le pregunto cuántas noches o lunas ácidas o tardes anodinas me esperan todavía".

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