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Sombras y "hostias negras" en el Vaticano

Donato Carrisi contruye una distopía a partir de un incidente que deja Roma a oscuras

Sombras y "hostias negras" en el Vaticano

Donato Carrisi (Martina Franca, 1973), presentado ante el público español como uno de los escritores que más vende en el mundo, es colaborador en "Il Corriere della Sera", guionista de cine y televisión, y creador de dos sagas policiales en la ficción. La primera nació con Lobos, 2009, y nos presentó a su personaje Mila Vásquez, con secuela en La hipótesis del mal, 2013. En paralelo creó una pareja de sabuesos, Marcus y Sandra Vega. Marcus es sacerdote de la orden de los penitenciarios, a los mandatos de un supuesto Tribunal de Almas, es una especie de guardián entre la luz y las tinieblas a sueldo de la Santa Sede. Sandra es un agente de la Policía Científica de Milán y ahora destinada en la sección de Pasaportes de la Polizia di Stato en Roma. Estos dos protagonistas se engranan con un elenco de secundarios bien perfilados, desde De Giorgio, el jefe superior de policía, a la nueva incorporación en esta entrega, el inspector Vitali, firme defensor de que cuando llegue el apocalipsis hay que afrontarlo solo. De esta saga, Carrisi ya había publicado El tribunal de las almas, en 2011, y, en 2014, El cazador de la oscuridad. Ahora nos llega al mercado la tercera, El maestro de las sombras.

El maestro de las sombras comienza en 1521, con las misteriosas palabras del Papa León X nueve días antes de morir: "Roma no debe nunca, nunca, nunca quedarse a oscuras [?] no puede faltar aceite en las lámparas y en los depósitos no deben agotarse las reservas de velas, bajo ningún concepto". Así, León X no sólo pasaría a la historia como el Papa que vendía indulgencias o al que se enfrentó Martín Lutero en 1517; también sería conocido como el Santo Padre que lanzó ese mandato solemne sin que nadie conociese el significado. Quinientos años más tarde, el 23 de febrero de 2017, un rayo destruye una de las centrales eléctrica que suministra fluido a Roma. Es obligatorio incumplir la bula de León X y dejar a oscuras la Ciudad Eterna para reparar la avería. Se legalizarán las medidas excepcionales en las calles de Roma, se instaurará el toque de queda y los agentes están autorizados a realizar arrestos incluso basándose en simples sospechas. Al final, lo que Donato Carrisi nos muestra es una distopía, donde la hiperconexión actual de los habitantes del mundo desarrollado pasa de repente a un estado de nula conexión en el que ya no se sabe vivir, generando el caos más absoluto con saqueos, destrozos, violencia sin control. Roma convertida en una ciudad sin ley, en un entorno oscuro y apocalíptico, bajo lluvias e inundaciones.

En ese escenario, aparecerá en primer lugar el cadáver del obispo Arturo Gorda, un personaje que padecía agorafobia, al que graban en video antes de matarlo y en el que se oyen de fondo unas palabras en arameo, que traducidas venían a decir: "El señor de las sombras camina conmigo. Él es el maestro de la verdad. Él es la nueva vida" (p.114). También en la grabación se deja ver al supuesto asesino con una hostia negra en la mano. La única pista es que alrededor del cadáver hay sangre de epistaxis. La trama se desarrolla en veinticuatro horas y la acción se despliega antes del amanecer y culminará con un epílogo treinta y tres días más tarde. El ritmo irá creciendo hasta llegar a ser frenético en las últimas páginas y siempre con descripciones muy cinematográficas. Su técnica es el empleo del capítulo corto, del cambio de escenario, la trama que se divide en varias subtramas y rematar el párrafo con una frase a modo de resumen. Y en especial el empleo del recurso narrativo denominado cliffhanger: colocar a uno de los personajes principales en una situación extrema al final del capítulo para crear la adicción al lector a seguir leyendo sin poder detenerse. El recurso del cliffhanger proviene de las investigaciones de la psicóloga rusa Bliuma Zeigarnik en 1927, lo que pasó a denominarse "efecto Zeigarnik", sobre las motivaciones de terminación. Ya ven, la psicología al servicio de los escritores. Tal vez ese sea el secreto de Carrisi para ser un superventas.

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