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Libros

Sin tiempo para bromas

El libro que este año mayor impresión me ha causado aún no podrá leerse en español hasta la temporada entrante. Lo firma el periodista y escritor francés Philippe Lançon (1963) y se titula Le Lambeau. Ni es novela, ni es estrictamente ensayo. Es la estremecedora historia de las transformaciones que un hombre sufre desde la noche del 6 de enero del año 2015 -cuando acude a una representación de la Noche de reyes de Shakespeare? hasta ahora mismo. ¿Qué ocurrió en medio de ese tiempo? A la mañana siguiente de la función teatral, Lançon duda entre a cuál de sus dos trabajos acudir: al diario "Libération" o al semanario "Charlie Hebdo". Se decide por este último. Intercambia opiniones con sus colegas, lleva un libro de fotos del pianista Billy Evans para enseñárselo a uno de ellos... y la catástrofe: "De repente se abre la puerta y entran a la sala de redacción dos tipos enmascarados, vestidos de negro, con metralletas. Parecían terroristas de caricatura. Oí los disparos, que sonaban como petardos o cohetes, y luego los gritos de una mujer. Solamente cuatro de los que estábamos en la sala nos salvamos". Es el sobrecogedor atentado yihadista contra "Charlie Hebdo", que causó 12 muertos. Sobrevivió, sí; pero le esperaban cerca de 20 operaciones para recomponer su cara destrozada y reinventarse a sí mismo varias veces: leyendo, reflexionando, sufriendo de veras. Apártense de este libro los quejumbrosos, pues ningún alimento a sus melindres encontrarán. Al contrario, se enfrentarán con la fortaleza descomunal y la potente escritura de un tipo que ?sabedor de que los tiempos no están para bromas? arrostra lo que hay con un vigor envidiable. El título está tomado del 2º Acto de Athalie, la tragedia de Racine, un par de versos que traduzco: "Jirones llenos de sangre y horribles extremidades / que devoradores perros se disputan". Un "pedazo de carne arrancado", uno de esos jirones, es lo que significa en español el "lambeau" del título, aunque creo que van a traducirlo como El colgajo. Ya había hablado de ello Lançon en Conversación en Princeton (del que tomé la descripción del atentado). Ya Javier Cercas y Muñoz Molina se fueron haciendo eco del mismo. Pronto estará en librerías.

Para entretener la espera de Le lambeau en español y seguir sin andarse con bromas, recomiendo A fin de cuentas el segundo dietario (llamémoslo así) del catedrático y grande Aurelio Arteta, que completa sus reflexiones sobre la vida durante la vejez ya apuntadas en A pesar de los pesares. Atinado al máximo, repleto de citas clásicas de la mejor calidad, fustigador de tópicos, crítico feroz de las naderías, alto de pensamiento y dicción, aviso del porvenir sin cataplasmas, excelente. Y, por último, aconsejo los poemas de J osé Luis Argüelles ?reunidos en Gran desconcierto? y los de Javier Lasheras, en El cielo desnudo, que han tenido a bien regalármelos generosos, a mí, que por tan mal lector de poesía me tengo. Y ya si ustedes quieren aunar libertad de expresión, música, descaro, acracia, buen humor y satíricos y aun sarcásticos versos, pónganse de banda sonora los dos CD de Jerónimo Granda, titulados Géminis y Capricornio: duros y a la cabeza, sin bromas tampoco.

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