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Arquitectura

Basura me volví

La inevitable reutilización de materiales constructivos

Nave de Matadero, en Madrid.

Ya sabemos lo que es darle la vuelta a la tortilla: apreciar oportunidades allí donde los demás sólo ven basura. El chatarrero siempre fue, socialmente, un carroñero, el que limpia los restos de la sociedad, sin embargo, su reconducción consigue generar un foco intenso en el debate arquitectónico y social, y ahora se ha convertido en un respetable reciclador.

En este proceso, de la mano del entonces consejero, el arquitecto Arturo de Terán, fuimos totalmente punteros en Asturias. Estamos en una sociedad, Santiago Fernández (Cogersa) nos lo dice constantemente, que es insostenible. ¡No vamos a poder seguir amontonando basura! Nos lo dice a diario la nevera, donde un envase plástico contiene tres lonchas, y el kiosco donde un fascículo se envuelve con un cartón que no entra en el coche. Una enorme isla de plásticos, ya casi un nuevo continente, se encuentra hacia el sur del Índico cerca de África, y nosotros seguimos echando leña al fuego.

Estamos tan acostumbrados a machacar terreno que no nos damos cuenta de que los brownies, la utilización de solares industriales, ya utilizados y denostados, son la vía, en lugar del consumo voraz de grandes espacios, vegas de ríos, para polígonos de empresas que vendrán.

Hubo una primera fase en la que adquieren protagonismo los edificios creados para el tratamiento de las basuras con su imagen, como los de Ábalos y Herreros. Fase de dignificación del entorno de la basura, como los puntos limpios en Asturias, que ahora abre paso, y esto es lo realmente vanguardista, a analizar las posibilidades de la reutilización de elementos ya usados.

En la recuperación de ciudades demolidas tras la gran guerra, se utilizaban ladrillos de demoliciones, y es práctica habitual para la integración de nuevos edificios. En el Incuna de Miguel A. Areces, vimos una película sobre la presa de las tres gargantas, en la que los chinos cuyas casas se iban a inundar, eran obligados a demoler y sacar los ladrillos para su reutilización. Hunosa, ya hace tiempo, suministraba bases de carreteras con material de escombreras e intentó crear "ladrillos negros" con desechos de carbón. Ahora muchos laboratorios buscan el reciclaje de materiales cotidianos para la creación de materiales constructivos. La arquitecta Elisa Valero, el otro día en Oviedo, nos contaba cómo trabaja con hormigones en los que cambia la armadura metálica por mallas de plástico reutilizando y neutralizando estos productos. Hace años Anatxu Zabalbeascoa nos hacía reflexionar en Madrid sobre el número de cosas que tenemos ahora y las que tenían nuestros abuelos, podemos hacer el mismo paralelismo con la basura que generamos. Cuba, nos lo contaba Ricardo Anadón, Universidad de Oviedo, es el país del mundo más sostenible. Por mucho que consuma un coche americano de la época de Batista, el gasto energético que se produjo para crearlo se realizó hace más de medio siglo. ¿Seremos muy sostenibles tirando ahora todos nuestros coches y generando, con un enorme coste energético, nuevos coches eléctricos para todos? ¿Por qué no sustituimos sólo los motores? Parece que interesa generar más consumo con la bandera del no consumo.

Aquel Palais de Tokyo con el que nos sorprendían los arquitectos franceses Lacatton y Vassal en París dejándolo a medio hacer, o el encargo de una plaza en Burdeos al que responden con un "déjenla así no necesita nuevo gasto", fueron dando un camino.

Muchas de las naves de Matadero, en Madrid, explotan esta sensación de desabillé. Angel Jarque, en este contexto utiliza las estructuras de regadío como soportes para luminarias. Equipos como Basurama o Zuloark, plantean actividades urbanas y reutilización de elementos amontonados en las naves del Ayuntamiento, dándoles nuevos significados y nueva vida pública. Y buscan, como los primeros cubistas, la inspiración en la inteligencia del hambre de África. Santiago Cirugeda ya hace años que viene ocupando solares abandonados en la ciudad con contenedores que crean nuevas funciones, aunque acaba creándose una estética del palé, que ya cansa. Muchos artistas, consiguieron, con l'objet trouvé generar nuevos sentidos a los pecios encontrados en la playa. Y Oliver Hodge hizo la película Garbage Warrior, 2007 sobre la obra del arquitecto Michael Reynolds con elementos reciclados. El reto más allá, es la economía circular, no solo conseguir que los materiales desechados se puedan reintegrar en la naturaleza, sino que puedan tener nueva vida con otro uso, y evitar así generar desechos.

Aquí, en los pueblos, el compangu que sobraba iba pa trapos vieyos, y el gochu reciclaba todo lo que quedaba al final, y luego lo mataban por San Martín y volvía a haber compango (economía circular), y las bañeras acaban en los prados para bebederos, los somieres de portillas. Y vieja solo la teja. Y la ropa se reutilizaba hasta el benjamín, y siempre había "un rotu pa un descosíu".

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