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Río arriba, con 16 años y un rifle, en un Michigan salvaje

En 1980, Alemania estaba aún dividida y Berlín Occidental era un bullebulle en el que confluían músicas y gentes de todo pelaje que, sin saberlo, estaban dotando a la capital germana de un aura que todavía, aunque ya maltrecha, la acompaña. En mitad de ese fluir de verdes, okupas, yonquis, homosexuales en lucha, delincuentes y hasta prostitutas de doce años, Ronald Shernikau (1960-1991) escribió, como un vehemente exabrupto, estas 80 páginas de angustia, rebeldía y necesidad de sacar a la luz su identidad sexual. Kleinstadtnovelle, subtitulada Relato de provincias, es un aullido sin puntos y aparte cuyo afortunado ajuste a los sentimientos de su autor, que entonces sólo tenía 19 años, lo convirtió de inmediato en un clásico de la literatura gay. Un notable retrato generacional que hizo de Shernikau una celebridad hasta su temprana muerte por sida.

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