La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Poesía

Restricciones liberadoras

La poesía sistemática de la danesa Inger Christensen

Restricciones liberadoras

La práctica de constreñirse para ganar paradójicamente en libertad tiene en la obra de la danesa Inger Christensen (1935-2009) un caso digno de estudio. El valle de las mariposas, tercera muestra de su poesía que publica sextopiso, después de Alfabeto (2014) y Eso (2015), reúne cuatro largos poemas en los que Christensen, quizá la poeta más destacada del siglo XX en su lengua, se fuerza de otras tantas maneras a seguir las reglas de un sistema compositivo autoimpuesto, siendo las más llamativas (por la oposición extrema entre sus dos procedimientos) las que engendran "Carta en abril", inspirado en la música serial, y el réquiem que da título al volumen, una corona de sonetos cuyo decimoquinto y último poema, denominado "madre" o "maestro", se forma con los primeros versos de cada uno de los catorce anteriores, aunque, en realidad, fuera escrito el primero.

El traductor, Daniel Sancosmed, incluye en la nota introductoria unas palabras de Christensen que, a su juicio, explican los hipotéticos beneficios de la poesía sistemática: "La fórmula no predice esa sensación que yo también he tenido, la sensación de estar liberada del sistema. (?) Puedes asustarte de tus propias ideas, hasta que el sistema empieza a devolverte algo y notas que te ha acogido, que sí va a colaborar".

Naturalmente, los poemas pueden leerse ignorando por completo las normas que rigen su composición, y, de hecho, en una primera lectura conviene hacerlo, para no estorbar su posible disfrute comprobando, página por página, cuánto ha respetado la autora las restricciones formales que se ha obligado a acatar. (En esa cansina tarea puede agotarse cualquier espíritu, por más aficionado que sea a contar sílabas o buscar repeticiones.) Sin embargo, una vez leídos, los poemas deben funcionar también como sistemas generados para dotar al texto de una cualidad de la que, se supone, carecerían si hubiesen sido concebidos con arreglo a otro sistema, o a ninguno en absoluto (lo que, en rigor, resultaría imposible, ya que entonces se trataría de otro poema).

La impresión que dejan los sistemas de Christensen es la de que han sido gestados por el propio poema cuando su redacción ya estaba en marcha, lo que bien pudo permitirle flexibilizarlos o ajustarlos a medida que la composición avanzaba; y esto vale también para el ciclo de sonetos, que al haber sido escrito "al revés", como dice Sancosmed, solo exigió a la poeta utilizar cada uno de los versos del poema decimoquinto como íncipit de cada uno de los catorce anteriores. No serían, así, verdaderos sistemas precomposicionales, sino plantillas cuyas virtudes se descubren durante el proceso de escritura, y hay que ver el resultado de su aplicación como algo más que la suma de una serie de reglamentaciones (pues los poemas, solo faltaba, siempre valen más de lo que pesan los sistemas formales que los alumbran).

La espesa circularidad de "Escaleras de agua" (1969) -basado en la repetición de frases e imágenes sujetas a modificaciones cuyo calado aumenta gradualmente- desvela sus hallazgos poco a poco, mientras las fuentes de las plazas de Roma van cobrando vida y movimiento en sus versículos. Un misterioso Jaguar rojo que entra y sale del cuadro le añade un rasgo casi policiaco. "Poema sobre la muerte" (1989) es una pausada y fúnebre reflexión, en cuartetos irregulares, sobre la angustia de la página en blanco. "Carta en abril", por su parte, se nos presenta como "serial" porque un sistema de codificación interno permite hacer lecturas transversales, alternativas a la que ordena la paginación de sus treinta y cinco piezas constituyentes. Pero, por idéntica razón, con código o sin él, podrían considerarse seriales muchos poemas largos y libros de poemas.

En cuanto a la corona de sonetos, hubiera sido preferible que Sancosmed hubiese optado por una traducción más literal -rítmica o medida si ello hubiese sido posible, pero sin rima-, en vez de por una adaptación que apenas nos permite imaginar lo que dicen estos poemas en danés, porque suenan demasiado castellanos (aunque no demasiado bien). Ante el dilema extrañeza/proximidad, el traductor se decide por lo segundo porque la lengua de llegada es más pródiga en sonetos que la de partida; pero, por lo mismo, podría haberse decidido por lo primero.

Compartir el artículo

stats