A horas del crucial partido de Lugo, donde los seguidores rojiblancos coparán las gradas del Anxo Carro, las indicaciones del gran timonel rojiblanco, que no es otro que Abelardo, faltaría más, han de ser cumplimentadas. Nada de lo que distraiga al equipo ha de ocupar nuestros quehaceres, por lo que lo sucedido en las junta generales de accionistas, con llamada a la ampliación capital, ha de ocupar nuestras horas. Cierto es que hay tanto material disponible que no es necesario detenerse en los asuntos que rodean a un equipo que se merece los máximos cuidados.

El primer quehacer, damas y caballeros, señoras y señores diputados, es reclamar que uno de esos economistas de postín que recorren los platós de televisión explicando una cosa y la contraria se haga cargo de las obligadas aclaraciones sobre la convocada huelga de los futbolistas españoles, que van a la huelga antes de celebrar la asamblea de la convocatoria. No está claro si el fútbol para por la disconformidad federativa con el reparto de los dineros de la televisión, por las nuevas normas tributarias que afectan a los jugadores o por la tan cacareada guerra entre Villar y Rubiales contra Cardenal y Tebas. Que seguro que ésta es la verdadera causa. Algún sabio mediático ha de explicar al común de los mortales las razones de la huelga.

Fieles a los tiempos que corren, las redes sociales ya se han llenado de chistes sobre la convocatoria de la huelga. El primero tiene que ver con un portero que le dice a Villar que si espera que él pare el fútbol español, que va dado. El buen humor no puede faltar en situaciones como la que se empieza a vivir de aquí hasta el siguiente fin de semana.

Otro quehacer puede ser echar la vista atrás y contemplar lo sucedido en la segunda semifinal europea, que el Barcelona de Luis Enrique ha puesto claramente a su favor, aunque cuando se llegó al último cuarto de hora el partido parecía caminar hacia un empate sin goles. Pero dos fogonazos de Messi hundieron al Bayern y un tercero lo borraron de la competición. No hay milagro posible con tres a cero a favor de los azulgrana.

La marcha de la semifinal vuelve, como hace un año, a poner en cuestión la labor de Pep Chanel Guardiola en Múnich. El Bayern de Jupp Heynckes se deshizo del Barcelona no hace tanto por un global de siete a cero, aunque los goleados ganaron en posesión de balón, tal como desveló en momento inolvidable Xavi Hernández. El año pasado el Real Madrid se deshizo del equipo de Pep por un cinco a cero. Y este año ya ha encajado tres goles y queda aún el partido de vuelta.

El partido demostró, una vez más, que el fútbol es un juego de momentos. Y de futbolistas. En tres minutos alguien puede romper el estudiado sistema defensivo que parecía que iba a dar resultado. Si ese alguien es Messi, queda claro que los sistemas pierden valor. Un tiro desde el borde del área, un regate, una vaselina y el centro final a Neymar han llevado al Barcelona a llamar a la puerta del Olímpico de Berlín, adonde pueden llegar el Real Madrid o la Juventus. Y no hay más.