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Más remates que nunca

El equipo de Abelardo mantiene el tipo en el sprint final con el mejor juego de la temporada

El Sporting corre la recta final sin descomponer el tipo. Todo lo contrario: cuando las exigencias del esfuerzo agónico harían disculpable alguna clase de descoordinación, no solo la evita sino que depura el estilo. Ayer, ante el Tenerife, jugó uno de sus mejores partidos del campeonato, con solidez, equilibrio y fluidez. Compitió sin duda con corazón, pero también con inteligencia, sabiendo intepretar en cada momento qué le convenía, lo que implica saber administrar tanto sus capacidades, que son evidentes, como sus limitaciones que sin duda las tiene, pero contra las que ha sabido luchar desde el principio de una temporada que, pase lo que pase al final, ya es memorable, como se expresa en los records que ya ha establecido, como el número de partidos imbatido o los puntos sumados. Otra cosa es que sus méritos hayan encontrado en esta edición de la llamada Liga Adelante una competencia excepcional, que lleva camino de mantener el máximo nivel de exigencia hasta el último aliento.

Un equipo de autor

Ante el Tenerife el Sporting fue un equipo eficaz en todos los aspectos. Defendió bien, como es habitual en esta temporada, entre otros motivos porque inicia la defensa en el área contraria. Recuperó el balón con rapidez y lo jugó, en general, con un buen criterio que en bastantes momentos estuvo orientado por la paciencia. Si, como es evidente, este Sporting es un equipo de autor, pocas veces en esta temporada el conjunto de Abelardo transmitió mejores sensaciones que en el primer tiempo. Que eso ocurraa finales de temporada, a despecho del desgaste de la campaña, indica simplemente que el equipo no ha dejado de crecer. Los jugadores pueden apuntarse ese mérito, sin duda, pero nadie puede negarle al entrenador un protagonismo más que merecido.

Un gol crucial

Uno de los mértios del Sporting fue ayer no perder la paciencia ante un Tenerife que no arriesgó nada porque el empate pareció gustarle desde el principio. Pero quizá hubiera sido descorazonador para los rojiblancos que un primer tiempo jugado con tanto corazón como cabeza hubiera terminado sin premio. Lo remedió in extremis una jugada en la que la decisión de Isma López encontró un merecido premio. Pero antes de que el navarro conectara un tiro a media altura con la derecha fue preciso que Nacho Cases metiera un estupendo pase interior y que Carlos Castro lo prolongara con un toque hacia la izquiera, a favor de la carrera de Isma López, que de esa forma se quedó con la defensa tinerfeña a su espalda y con la portería delante. No lo dsaprovechó.

Castro, artillero

Dos de los particpantes en la jugada del primer gol del Sporting participaron también en el segundo, que se originó en un robo de balón a Vitolo, tras lo que Nacho Cases entró por la izquierda, con opciones de profunizar hacia la portería. Pero optó por buscar a Carlos Castro, que había ganado la posición oor delante de la defensa chicharrera. El de Ujo hizo entonces un muy buen control orientado, que le dejó de cara a Dani Hernández, a quien superó con un tiro raso y cruzado con la izquierda. Luego corrió hacia el corner para celebrarlo, agarrando el banderín mientras hacía el saludo militar ¿Sería para identificarse como artillero? Sus números le acreditan como tal. Ayer fue de las pocas ocasiones en que jugó de salida y estuvo a mayor altura que nunca, no solo de cara a la portería sino por su participación en el juego. Es todavía muy joven y le falta echar cuerpo. Eso se puede adquirir. El instinto goleador, no. Y Carlos Castro lo tiene ya dentro.

El Tenerife no pudo

Gafe para el Sporting en otras ocasiones, el Tenerife no logró esta vez interpretar otro papel que resistir hasta donde se pudiera. Mejoró en la segunda parte, con la entrada de Juan Carlos, que le dio más movilidad en ataque, pero Cuéllar no llegó a hacer ni una sola parada. El equipo de Raúl Agne traía bien estudiados los saques de banda de Luir Hernández y supo contrarrestarlos como quizá ningún otro equipo en esta temporada, gracias a la decisión, y la envergadura, de su portero, Dani Hernández. Pero no le fue suficiente porque el Spoerting tuvo más recursos. Bastantes más.

Un Sporting fresco

Algunos jugadores tinerfeños sufrieron calambres en los últimos minutos del partido, sobre todo el joven Omar, que, por otra parte, fue de los mejores de su equipo. También en el aspecto físico el Sporting se mostró superior. El equipo rojiblanco termina muy fresco una temporada que le ha resultado tremandamente exigente. Al final del partiido el preparador físico, Gerardo Ruiz salió al campo a felicitar a sus jugadores y, mezclado con ellos, recibió el aplauso de los aficionados. Sin duda merece su cuota parte.

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