Una vez finalizados aquellos cuarenta segundos inauditos hasta el momento en el mundo del fútbol -más que nada por lo que suponían en una clasificación final-, y logrado lo que a todos nos parecía inalcanzable: un ascenso a la máxima categoría del fútbol español, categoría donde nuestro Real Sporting se merece pulular por muchos años, nos las prometíamos muy felices porque en la sala noble de la escuela de Mareo, ¡por fin!, se iban a tomar decisiones acordes con el correcto funcionamiento de una empresa?deportiva. Pero que equivocados estábamos. No sólo no se ha tomado decisión alguna con propósito de mejora, sino que la única que se ha realizado hasta el momento, sólo ha servido para incrementar la ya de por sí abundante nómina de personal, donde en más de una parcela habrá overbooking.
Señor Fernández, don Javier, sigue usted equivocándose, y lo que es peor, ahora que ya había visto el peligro realizando su propósito de enmienda, ha vuelto a errar. Mire, aquí nadie le puede dar consejos porque usted es el dueño de "les perres". Pero no se olvide, que eso no le faculta para ser el dueño de un sentimiento: el sentimiento sportinguista. Eso nunca será suyo, ni nunca lo podrá obtener. Creíamos que había tomado nota de todos los movimientos habidos durante estos pasados tiempos por esa gran afición. La voluntad de venta de su paquete accionarial, nunca ha sido creíble a la vista de los acontecimientos. La opacidad ha sido forma de actuar permanentemente. Y así es difícil cabalgar en este, ya de por sí difícil, mundo del fútbol. Si cerramos la puerta a todos los errores, dejaremos atrás la verdad. Y usted que es universitario, sabe que enseña más la vida que la propia universidad.
El análisis que toda empresa realiza al estudiar sus números cuando hay que rendir cuentas, sirve para ver en que se fallado y ver la manera de subsanarlo. La lógica indica, que las decisiones las dicta el propio estado de la sociedad. En nuestro Real Sporting, no se siguen las directrices estipuladas. Aquí se apela a los sentimientos, la compasión, la sensiblería, etc?para dejarlo todo como estaba. Malas pautas de actuación Sr. Fernández. De esta manera, nunca el club sabrá moverse en los auténticos parámetros racionales que deben calibrar a una empresa. Creemos que lo que realmente precisa el club, si me permite el apunte, es un buen director de recursos humanos que lleve a cabo, tras minucioso estudio, la organización integral del Real Sporting.
Llegará el momento en que el bien hacer de otras personas, las que solo tienen que cumplir con sus obligaciones en el terreno de juego, tengan la posibilidad lógica y humana de fallar. Entonces ya no habrá asidero donde acogerse para paliar el desastre producido, como lo hubo en esta temporada. Cuando llegue ese momento y la gente mire hacia arriba para increparle, ¿sabe que hará usted? Será el momento en que usted decidirá cargarse al de abajo.
