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Pablo González

Agotados de esperar el fin... de la racha

El peligro de que el vestuario rojiblanco caiga en el desánimo si se corta la buena trayectoria en la parte vital de la temporada

El Sporting encara las ocho últimas jornadas de Liga en una de las mejores rachas de su historia y que, además, le colocan como el equipo más en forma de España gracias a sus siete triunfos consecutivos, y como uno de los mejores de Europa, sólo superado por el Benfica portugués y el Ludogorets de la Liga húngara. Las estadísticas están del lado rojiblanco: en las últimas cinco temporadas ascendieron el 90 por ciento de las veces los dos equipos -en este caso Sporting y Rayo- que a estas alturas de la película comandaban la clasificación.

Pero ya se ha visto lo que ha ocurrido esta semana con los que se fían de los números. Por el pelo de una gamba -penaltis grises, como dice el excolegiado César Muñiz Fernández, al margen- España estuvo a punto de quedarse sin representantes en las semifinales de los dos grandes torneos europeos (Liga de Campeones y Liga Europa). Si eso le puede ocurrir a equipos como Barça y Real Madrid, qué no puede pasarle al Sporting y demás compañeros de viaje en una categoría con tanta igualdad y altibajos como la Segunda. Por eso en cierto sector del sportinguismo se ha instalado un sentimiento de recelo a que los rojiblancos vayan a meterse en una mala racha en el peor momento del año: en ese en el que ya no hay tiempo para recuperarse. Se podría decir, tirando de la discografía de "Ilegales", que hay quienes están "agotados de esperar el fin... de la racha".

Y es cierto que seguir sumando de tres en tres no será fácil, y menos con el calendario que los de Baraja tienen por delante. El más próximo conduce a dos salidas consecutivas: Valladolid y Cádiz. El temor, tal y como advirtió días atrás Novoa, es que el Sporting se haya olvidado de perder y que un tropiezo haga caer en el desánimo al vestuario.

Y encima las malas noticias en forma de lesiones han comenzado a aparecer cuando menos convenían. Santos y Jony, piezas básicas en el resurgir del Sporting tras el batacazo en el Tartiere, parece que no van a estar. Será el turno entonces de los que menos juegan. Nano Mesa no lo hizo mal ante el Reus como recambio del uruguayo. Queda por ver el plan de Baraja para buscar recambio al extremo de Cangas. Como no hay mal que por bien no venga, los ocupantes del banquillo rojiblanco tienen la oportunidad de reivindicarse en el tramo crítico de la competición. Pablo Pérez, quejoso no hace mucho de ser el blanco de las iras de la grada, podría jugar en su posición natural. Y Castro, tras desaparecer del mapa después de ser titular en el Tartiere, podrá contar con minutos y demostrar que ese grupo -cada vez más reducido- que defiende que el Sporting tiene en el de Ujo delantero para rato está en posesión de la verdad, y que el punta no pasará a engrosar el listado de eternas promesas rojiblancas que, agotadas de esperar por su momento o no ganárselo, optaron por irse a jugar a ligas menores o a despuntar en la Tercera asturiana antes de tiempo.

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