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Pablo González

El VAR y los satélites de Florentino

La incapacidad del fútbol español para aprender de sus errores

No habían transcurrido ni 24 horas del susto del Real Madrid en el Bernabéu ante la Juventus -para los blancos hubiera supuesto cerrar el año sin un título de verdad- cuando los mismos que mojaron el pañal cuando los italianos marcaron el 0-3 que igualaba la eliminatoria, y que respiraron con el penalti pitado por Oliver en el descuento a favor de los de casa, ya estaban diciendo que lo mejor para semifinales era que los de Zidane se cruzaran con el Bayern. Que si los alemanes "ya no meten miedo" o que si en su equipo hay "exjugadores" como Robben o Ribéry. Petición satisfecha por las bolitas en el sorteo del viernes en la UEFA. Nadie aprende. Lo reconoció Busquets tras el fracaso del Barça en Roma. "Mentiría si dijera que esta derrota nos va a servir de algo", señaló el centrocampista culé en referencia a las eliminaciones en temporadas anteriores ante el Atlético de Madrid, la Juve, o la goleada sufrida en el Parque de los Príncipes ante el PSG que luego se levantó con un par de empujoncitos arbitrales.

¿Nadie aprende? Bueno, mejor no generalizar. Y es que parece que Florentino Pérez ya se ha puesto a trabajar en el futuro. El empresario que preside en sus ratos libres el Real Madrid ya ha recibido el visto bueno, según la prensa salmón, de la autoridad competente para hacerse con los satélites de Hispasat. Ya han aparecido mal pensados -los hay a los que pagan por serlo y los hay que simplemente andan con tiento para no morderse la lengua no vayan a caer envenenados- que vinculan esta compra con el ojo clínico de Pérez para que sus negocios y los intereses del club blanco vayan de la mano, o que unos se supediten a los otros en beneficio del negocio, ¡vaya usted a saber! La cosa es que hay quien ya dice que con la compra de los satélites -entre otras cosas distribuyen en medio mundo la señal de 1.250 canales de radio y televisión- Pérez podría manipular las repeticiones de las jugadas más dudosas ahora que el VAR (el videoarbitraje) va entrar en funcionamiento en la Liga española. Aunque, bromas aparte, el Real Madrid no tendrá que preocuparse ya que la UEFA -un organismo, como la FIFA, conocido por su transparencia- no parece dispuesta a utilizar de momento el VAR en las competiciones bajo su sistema recaudatorio.

Lo que sí que debería hacer el Real Madrid, especialmente su entorno, y el fútbol español en general es dejar de mirar a los rivales por encima del hombro, aunque cuenten en sus filas con Messi, Ronaldo y demás tropa. Pero visto lo visto, posiblemente esto sea imposible y Busquets tenga razón. Y si no al tiempo. El Mundial de Rusia ya se otea en el horizonte y habrá quien diga que los rivales en la fase previa son un bombón: que si Portugal sólo tiene a CR7 y que Marruecos e Irán las pasarían canutas para mantener la categoría en cualquier grupo de la Segunda B patria. Si a los de Lopetegui las cosas se les tuercen siempre habrá lugar para tirar de tópicos como el de "jugamos como nunca, perdimos como siempre" o achacar una hipotética decepción mundialista a aquello que decían Faemino y Cansado: "La sempiterna mala suerte del combinado nacional". Otra opción es hacer caso a Anquela -"no veo la Liga de Campeones, eso no me interesa, es otra historia", dice- y cambiar de canal siguiendo la sabiduría en estado puro del jienense. Lo de qué canal ponerse a ver es otra historia. Habrá que pedirle consejo (¿o permiso?) a Pérez.

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