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Asumir el fracaso

La confianza en que el Sporting haya aprendido de sus errores para su próximo proyecto

El 23 de diciembre de 2017 publiqué en estas mismas páginas un artículo que titulaba "La libreta de Torrecilla". En el citado artículo dejaba constancia que la labor del director deportivo, a la vista de los resultados habidos hasta esa fecha, no estaban dando lo que todos esperábamos del mismo. Hacía hincapié en que su fichaje -loable por parte del consejo, al ser un experto profesional-, había basado todo su trabajo en la figura del cedido. Hasta un total de seis jugadores a préstamo había traído el salmantino, y que el resto de los fichajes no estaban acorde con lo que el club necesitaba. Dejaba la incógnita de que quizás su libreta plasmara una serie de acotaciones poco acordes con las necesidades del Real Sporting.

Recordaran su rueda de prensa, del 6 de febrero de este año, tras el cierre del mercado de invierno. Quiso dar la cara y verter sus explicaciones. Dijo que no estaba para dar titulares. Pero sí dejó más de uno, que se pueden recordar en estos momentos, cuando ya ha terminado todo, como él pedía ante la prensa. Veamos alguno, "No soy un fichador, soy director deportivo". Observando el giro que se había realizado en la plantilla, catorce fichajes, cuatro en el mercado invernal, ¿quién los hizo? Abundó en la no renovación del entrenador Rubi, con una aseveración que él mismo, dijo, había captado en el último partido de Liga. "Conozco bien a este entrenador, y se sus cualidades". Pues ustedes mismo, analicen la reflexión.

Estuvo retador ante los periodistas, dejando claro que era muy optimista y que se iba a conseguir el ascenso. Lanzó una frase desafiante: "¿Se ha terminado la Liga? ¿Cerramos el kiosco y bajamos la persiana?" Para terminar catalogó a los que no opinaran como él que siguieran pensando que esto era un drama. Pues sí, señor Torrecilla, es un drama y de gran calibre. Los humanos tenemos un testigo delatador, que son las hemerotecas, y por ello solemos ser esclavos de nuestras palabras.

Termino haciendo mención a su vocablo para finalizar su comparecencia, cuando dijo: "El fracaso lo asumo, el éxito lo reparto". Es una verdadera pena, señor Torrecilla, no poder repartir a la sufrida y maravillosa afición sportinguista parte de ese éxito que todos anhelábamos, y que ha sido el resultado de una penosa planificación. Al menos esperemos que las coordenadas de su libreta hayan encontrado lo que en realidad precisa el club, y los errores le hayan servido para enmendarse para el futuro. De momento, el fracaso es suyo.

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