La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Antonio Rico

El balón global

Antonio Rico

Fútbol y prepucios en los anillos de Saturno

Una propuesta para los partidos que se presentan muy desequilibrados

Supongo que la primera parte (sí, en especial la primera parte) del partido España-Irán fue un partido. Un partido de fútbol, para ser más exactos. Un partido de fútbol de un Mundial, si queremos ser absolutamente precisos. No critico la forma de jugar de la selección de Irán, una interesante mezcla de jugar a no jugar, perder tiempo con el descaro con el que un niño te pide que le compres una golosina y fe inquebrantable tanto en lo que se hace (defender a muerte) como en lo que no se hace (jamás morir atacando). Cada equipo de fútbol tiene sus armas para ganar y para no perder. Pero quizás habría que dar un nombre diferente a esos partidos en los que un equipo juega a una cosa y otro equipo juega a otra tan diferente que parece que es imposible que estén jugando al mismo deporte. ¿Qué podemos esperar del apareamiento entre un ornitorrinco y un delfín?Mmmmmmmmmm. Creo que nada. ¿Qué podemos esperar de un partido entre España e Irán? Pssssssssssssss. No sé. Más o menos lo que vimos, ¿no? Algo parecido a presenciar una competición de picar piedra. Ganó España. Vale. El dichoso VAR sumó unos cuantos puntos en el corazón de los futboleros españoles. Bien. Pero si esto es fútbol, entonces cualquier cosa es astronomía. Si la primera parte del partido España-Irán es fútbol, entonces León Alacio, el teólogo y bibliotecario griego del siglo XVII, es un astrónomo.

¿Qué fue del prepucio de Cristo? Esta pregunta no es ninguna tontería, y dio mucho que hacer y que pensar a los estudiosos medievales y no sólo medievales. Cuando Cristo ascendió al Cielo, ¿subió con él todo lo que había dejado en la tierra? Es decir, ¿Cristo ascendió al Cielo con prepucio, o sin prepucio? (Jesús, como judío, había sido circuncidado). Si el prepucio de Cristo quedó en la tierra, ese trozo de carne del Hijo de Dios sería la reliquia más preciosa imaginable. Puede que, por ese motivo, durante siglos la cristiandad no veneró un solo prepucio de Cristo, sino muchos. Pero, ¿y si Jesús hubiera ascendido al Cielo con prepucio? León Alacio pretendió dar una solución, digamos, científica a esta cuestión al proponer que el prepucio de Cristo había traspasado las nubes y llegado al espacio exterior, y siguió su camino hasta Saturno, donde se convirtió en el anillo, recién descubierto por entonces. ¿Se imaginan que fuera cierto que los anillos de Saturno fueran, en realidad, el prepucio de Cristo? ¿Se imaginan que la primera parte del partido del Mundial entre España e Irán fuera un partido de fútbol? ¿Tiene algo que ver la teoría de León Alacio con la astronomía? ¿Tienen algo que ver los primeros cuarenta y cinco minutos del España-Irán con el fútbol? Si decimos que sí, León Alacio era un astrónomo que dio una explicación científica a los anillos de Saturno, y el juego de Irán fue el intento de Carlos Queiroz de complicar la vida a la selección española en un partido del Mundial de Rusia. Si el prepucio de Cristo está en Saturno, entonces la pérdida científica de tiempo y el patadón a donde sea para lo que sea es fútbol. León Alacio está superado y la selección de Irán (supongo) quedará eliminada a las primeras de cambio en el Mundial de Rusia. Pero, en el fondo, estamos hablando de astronomía y de fútbol.

León Alacio tuvo mucho mérito. La selección de Irán, también. Pero la astronomía y el fútbol van, o deberían ir, por otro lado. No estaría mal que, antes de cada partido del Mundial, las selecciones dejaran claro si están dispuestas a jugar al fútbol o si pretenden buscar el prepucio de Cristo en los anillos de Saturno.

Compartir el artículo

stats