Qué cara va a estar esta temporada la Segunda. No se regala ni el bicarbonato. Los puntos valoran al alza. El Sporting, que descendió y no ascendió por apenas un partido, va a enfrentarse a un campeonato duro de roer. Lo complicado, siéndolo de por sí, ya no es llegar arriba, sino mantenerse. Se ha armado un equipo con dos jugadores por puesto, ha dicho Torrecilla, y lo deja en manos de Baraja que bregará con él por los campos de España. Ayer, quedó demostrado que el ascenso tendrá un precio alto, no ya por lo visto en El Molinón, sino por lo que se cuece cada jornada en el resto de estadios. Es la hora del entrenador. Tiene que demostrar su valía para el futuro, que su libreta tiene soluciones, que sus decisiones conllevan más ciertos que errores. Los del director deportivo, a la segunda oportunidad, ya se verán... Nada va a ser fácil.

El partido de ayer dejó algunas evidencias: Sousa es tan imprescindible como el bacalao en una buena mesa; Cofie es desde ahora el nombre del café puro de manga en El Molinón, si no se licúa en exceso; Mariño es la Providencia blanca; el finlandés Lod está para invadir el campo desde el minuto uno; Carmona sigue siendo Carmona, sin aditivos; Nacho Méndez se gana en pocos minutos una oportunidad que pide a gritos; por fin el Sporting tiene dos bandas de ataque y no sólo una escorada a la izquierda; Neftali, como dijo un comentarista televisivo hace unas jornadas, es fuerte como el vinagre, y habría que añadir de sidra; en definitiva, la mejoría en defensa, medio centro y delantera son evidentes, al menos hay más alternativas. Por eso el papel de Baraja es ahora crucial. No hay excusas.

La primera parte del partido de ayer fue rocosa. El juego del Sporting no era intenso y constante. Hubo pocas ocasiones. El Extremadura aprovechó la bisoñez gijonesa para reivindicarse. Djurdjevic metió un gol ilegal y falló uno legal. Y poco más. En la segunda parte el equipo asturiano salió a decidir el partido. Los cambios y la expulsión de Marcelo Djaló facilitaron la tarea. Primero salió Lod por un desacertado Álvaro Jiménez; después, Neftali por Santana, jugador que no gana crédito; y, por último, Nacho Méndez por Djurdjevic.

Baraja tendrá sus razones y en cada aficionado hay un entrenador. Pero, ¿por qué Lod no es titular, quizá le falta rodaje y acoplamiento? ¿Por qué a Nacho Méndez no se le dan ya lo galones que reclama en el campo? Tiene fútbol, pase, desequilibrio y gol. Cuando se normalicen las bajas, entren en rodaje los fichajes aún inéditos, ¿nos dejaremos de piernas cambiadas y jugadores fuera de sitio, o sufriremos un ataque de entrenadoritis? Imagino que no.

No hay mejor bálsamo en el fútbol que el gol. El Sporting ha arrancado bien. Tiene otra cara. Compite. Varias alternativas de juego. Veremos si es una medicina real o sólo un placebo, un espejismo. El tiempo lo dirá. Confiemos que no. Una vez completada la plantilla, guste más o menos la filosofía cortoplacista del club, es la hora de Baraja: debe marcar la pauta de juego, exhibir una buena libreta táctica, elegir a los mejores, acertar con sus méritos... La segunda va a estar muy cara. Más difícil que poner una pica en Flandes y mantener la posición.