Una semana. Ésta es la fecha de caducidad que le han puesto a Rubén Baraja. Menos que un yogur. Dos partidos: Rayito en Copa y Cádiz en el Carranza. Aunque el que de verdad importa es el de la Tacita de Plata. Lo demás, puro folclore. Será una semana que le puede venir muy bien al Sporting por eso de jugar fuera, por lo de la concentración de cinco días, y por huir así del mal ambiente que se ha instalado alrededor del equipo, ese proceso autodestructivo del que hablaba Baraja al término del partido frente al Reus. Ya se sabe que la única receta para rebajar el nivel de ansiedad de la afición pasa por hacer caso a Luis Aragonés: ganar, ganar y ganar. Será entonces cuando seguro que la grada reducirá su nivel de tensión, aunque en estos momentos da la sensación de que a Baraja le van a pasar pocas. Así que se abre el zoco: Pepe Mel, Alcaraz, Paco Jémez, Escribá, Enrique Martín, Lotina... Vuelta a empezar. Pero antes de encargar la esquela del Pipo habrá que esperar a los resultados de esta semana. Es la hora de ver de que está hecho el equipo rojiblanco diseñado por Torrecilla, que fue a buscar el liderazgo que le faltaba al Sporting por las Ligas de media Europa y más allá. Es la hora de comprobar si en el Sporting hay sangre, raza o si la mediocridad ha llegado para quedarse.
Si todo sale mal, se reproducirá entonces la historia circular del Sporting de los últimos veinte años y el cabrero de la grada del sábado crecerá para luego simplemente transformarse en indiferencia. Se sabrá que se ha llegado a este punto en el momento en el que se comiencen a escuchar "clásicos" como el aburrido discurso de los 50 puntos.
Y entre medias, más pancartas, más directiva dimisión, más Fernández vete ya. O como bramó ayer el gijonés Rodrigo Faez en Deportes Cope: "Que se vayan todos". El problema es que para que esto se cumpla uno tiene que tener ganas de comprar y otro de vender. No parece que sea el caso ahora que ya no hay deudas y que el ascenso a Primera, aunque sea de casualidad, es una posibilidad bastante real. Y en Primera Tebas echa mucho (pero mucho) más contenido a la faltriquera. Pero no hay que ponerse nerviosos, el Sporting ha despegado hacia el crecimiento sin retorno (JF dixit hace un par de años). Lo que no se sabe es si el crecimiento es negativo, si va llegar en diferido como el pago del despido de Bárcenas del PP o si lo que realmente ocurre es que el Sporting atraviesa una desaceleración, por no decir que el club rojiblanco vive hace tiempo sumido en una crisis crónica salvada puntualmente por aquellos dos ascensos a Primera.
