Si de verdad al fútbol lo mueve el ánimo, la victoria de ayer debería suponer un punto de inflexión, tipo Lugo el año pasado. Una hora horrorosa, media de arreón subido a lomos del gigante Ibrahima y éxtasis sobre la bocina con el gol que debería espabilar ya a Saúl Berjón. Del funeral runrunero en el descanso al descargue furioso al final. Visto así de esquemático, un subidón en toda regla.

El problema es el efecto analgésico del resultado, que puede ser letal. Por eso conviene poner ante el espejo la victoria. El Oviedo ganó después de dos sistemas, una expulsión, un gol en propia puerta y una rosca salvadora en el último suspiro. El arreón en la media hora final fue bueno, cierto, pero ¿se ganan las guerras a arreones? Los tres puntos aliviaron al personal, empezando por Anquela, pero el susto sigue metido en el cuerpo hasta nuevo aviso. Al menos hasta el domingo.

Más que susto, es preocupación. El Oviedo sigue sin tener claro a qué juega. Hay buenos jugadores, y los hay para varios dibujos, pero de momento falla la mezcla. Por eso las dudas. Anquela regresó al sistema de carrileros para protegerse atrás y, a los dos minutos, marcó Osasuna y saltó todo por los aires. El equipo, en estado de shock, fue incapaz durante los siguientes 60 minutos de generar una ocasión clara de peligro, y eso que se jugaba en casa y con urgencias. Aunque quizá fuera eso, las urgencias. Lo del miedo que dijo Anquela, que luego reaccionó bien con un cambio lógico cuando tienes que ganar, un delantero por un defensa: Ibra por Forlín. 4-4-2 y el equipo resucitó, espoleado por el rugido en el Fondo.

Así que toca semana de debate renovado. Ya no será tanto el de defensa de cinco o de cuatro, que también, sino el de los dos delanteros. Del foco táctico atrás al foco táctico adelante. Pero cuando hay foco, malo, porque la cosa no termina de convencer. Ese es el problema del Oviedo, que van diez jornadas y no se sabe qué versión es la buena. Al menos acompañó el resultado y, por la buena media hora final, el ánimo pegó una zancada. ¿Será suficiente para pillar la ola buena?