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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

Días de confirmación, fin de semana salvaje

Habrá que ver cómo reacciona El Molinón tras el respaldo mostrado por el club a Rubén Baraja

Rubén Baraja lo tiene claro: ni cree que se juegue el puesto mañana ante el Málaga, ni piensa que la afición del Sporting sea tan retorcida como para que la inmensa mayoría de los miembros de la Mareona estén deseando ver morder el polvo a los suyos para enviar al técnico pucelano a la cola del paro.

Baraja se siente con fuerzas para seguir adelante a pesar del, digamos, irregular primer tercio de temporada que están firmando los rojiblancos. Algo de moral y de energías para seguir hacia delante debe dar el respaldo que ha recibido el Pipo esta semana. Para Baraja han sido días de confirmación tras confirmación, ya sea de palabra o de obra. Primero, aunque obligado por la propiedad, salió a dar la cara por el entrenador Torrecilla. Y ayer le tocó sentir la palmadita en la espalda del que todo lo manda.

No hay nada mejor para los pesimistas por naturaleza ver cómo, al menos de puertas hacia afuera, Baraja es de los pocos que sigue confiando y cree que los malos tiempos, tanto o más que los pésimos augurios de algunos, desaparecerán a la vuelta de la esquina. Lo dicho, por si el respaldo de Torrecilla -al menos hasta el domingo- no fuera poco, el técnico rojiblanco recibió ayer la visita (otra vez) del propio director deportivo y de Javier Fernández. El presidente rojiblanco se juega tanto o más que la dupla Baraja-Torrecilla: cuando menos, que los oídos le dejen de pitar cada vez que se asome por el palco en El Molinón. Las dos últimas experiencias con la visita del Reus de Linares y el Córdoba de Sandoval-García Amado, no tuvieron que ser muy gratificantes para JF. Y ante el Málaga se anuncia nueva tormenta en la grada del municipal gijonés: que si manifa, que si entrar con el partido empezado, que si pañolada en el minuto tal, que si enchufen las linternas del móvil en el minuto cual...

Protestas y más protestas, nada mejor para cerrar la semana tras la manifestación por el cierre de Alcoa, que eso sí es cosa seria. Así que, de vuelta al Sporting, a falta de paz social y de fútbol que entretenga y ofrezca buenos resultados, nada mejor que echar mano de la videoteca y revisitar algún clásico. Y echándole un ojo a la imagen de ayer de JF, Torrecilla y Baraja avanzando con pies ligeros y firmes por Mareo, viene a la mente los minutos finales de "Grupo salvaje", la película de Sam Peckinpah en la que cuatro bandidos -que resulta que al final no lo son tanto, pero muy al final- del crepuscular lejano oeste avanzan hacia una muerte segura para rescatar a un camarada de las garras de un sádico revolucionario mexicano. Cómo acaba el recorrido del grupo en la película de Peckinpah ya es historia del cine.

Así que lo que queda ahora por saber de vuelta a Mareo es conocer quién de los tres de la foto son William Holden, Ernest Borgnine, Warren Oates o Ben Johnson, y con qué se van a encontrar al final del camino: si con una balacera de cuyos mortíferos efectos no se libra nadie, o, como en "Casablanca", con el inicio de una bonita amistad.

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