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Periodista

Cuestión de palabras

Pese al aval de Torrecilla a Baraja la suerte está echada: victoria o cese

En la semana más tensa de lo que llevamos de temporada (y lo que queda) aparece el "sabio charro" y se lava las manos como Pilatos: "Allá vosotros el domingo". Ese "vosotros" se refiere a la afición y su dedo: para arriba, continúa Baraja, para abajo se queda sin cabeza. El Molinón como un circo romano. Cómo será de fino este señor quitándose problemas de encima que incluso a la hora de enumerar responsables de la crisis de este momento señala al presidente del consejo, el "emperador Fernández II". La declaración de Torrecilla no deja títere con cabeza, él también se menciona, pero de pasada. Si esas frases, tan pensadas, las llegan a pronunciar en la crisis del Real Madrid José Ángel Sánchez o Butragueño sobre Florentino Pérez, "ser superior" que preside el club, a estas horas estaríamos leyendo un comunicado con mención de sueldo y deméritos del atrevido director deportivo que, entre otros fallos, supremos, se le olvidó fichar a un líder y dejó que se fuera, aburrido, Sergio Álvarez, el último referente de ese vestuario "pasota". ¡Pero por los clavos de Cristo! ¿Qué fichó el señor de los millones? Si ahora resulta que el problema es una cuestión de palabras. A Torrecilla no le gustan: "ultimátum", pues pongamos último aviso; tampoco le mola "ratificar", vale ¿lo dejamos en avalar? Igual tranquiliza más al Pipo. Al menos del míster sabemos que prefería recuperar para su causa a Rubén García -ya vimos cómo se las gasta en el Sadar- y a un tal Blanco Leschuk que ojalá no muestre sus cualidades como rematador el domingo a las seis. A todo esto, Molinero, sin pelos en la lengua, señala donde debe: en el trabajo. No van a ganar partidos por que salga un Espartaco a la arena del coliseo rojiblanco. La suerte está echada: victoria o cese. El primero en caer ¿el director deportivo? Sería lo justo a día de hoy.

Y estando en estas llega Juan Ramón López Muñiz al frente del Málaga. Uno de los nuestros. No aparece por aquí en la mejor racha malagueña. Perdedor de partidos accidentados en Las Palmas o Pamplona y hasta ahora fiable en la Rosaleda. Aunque ya no sea el líder y con bastantes bajas, es un rival sólido. Como lo era Muñiz de central en el equipo gijonés. Es posible que si gana lo celebre con mesura, aunque a la afición local solo debe el salario que pagó con sus abonos y entradas al campo. La Tribunona nunca le valoró lo suficiente: no era Maceda. Su paso como técnico por Mareo estuvo acompañando de las envidias y suspicacias habituales. Juande Ramos le señaló como futuro entrenador cuando lo alineaba en la defensa del Rayo. Un jugador serio, callado y responsable, como tiene que ser. Su misma divisa en el banquillo. Por eso no valía ni para el Sporting B. Ya vemos que acertaron, como casi siempre. Si no hay triunfo ante el Málaga ¿se atreverán a poner a un nuevo entrenador en el Tartiere? Ese marronazo no se lo debe tragar José Alberto López. A Torrecilla no le van ni sus gestos, ni su estética. Prefiere el estilo Armani.

Cuando JAL estuvo en tratos con el Numancia, el salmantino sintió un cierto alivio. Se lo quitaba de encima sin mancharse. Aunque parezca una paradoja, en Somió le consideran una buena alternativa que gusta en la grada y no descuadraría las cuentas. No les importa verle ajustándose el chándal en la banda.

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