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LNE FRANCISO GARCIA

Ojo al utrero, no sea un vitorino

El triple reto de José Alberto en Los Cármenes, con un lateral izquierdo sin bautizar

El mejor amigo del hombre no es el perro sino el chivo expiatorio. Dijo una vez Van Basten -aquel delantero de tiralíneas que dibujaba hipérboles en cada recorte y que escondía en sus piernas un pelotón de fusilamiento- que quien quiera un amigo sobre el césped es mejor que se compre un perro. Sin embargo los dirigentes deportivos prefieren decapitar entrenadores para expiar sus propios pecados, después de haberlos paseado como falderos. El míster es el perro de cada dueño pero principalmente el chivo de todos los males. Dicho sea como epitafio de Baraja, con el que tenían que haber hecho la maleta la mitad de los fichajes.

El flamante José Alberto se estrena en Granada, un campo duro donde disputa un equipo rocoso cuyo presidente es un chino. O sea, que salimos de Málaga para zambullirnos de cabeza en Malagón: del mariachi al festival de los faroles, del picante al agridulce. Y el nuevo entrenador se la tiene que jugar con un lechal en el lateral izquierdo: lesionado Canella, y con Noblejas desde ayer en el parte de bajas de guerra, no queda otra solución natural que propiciar el bautizo de fuego del canterano Cordero. Hasta el final de la jornada no sabremos si el experimento le habrá salido al horno o a la brasa; si meter al chaval en danza lo encubra o le lleva al matadero, como un corderín pascual. La apuesta, de consumarse, hay que considerarla valiente. También puede apostar a conservador y decidirse por cambiar de banda a Molinero. Pero sería parecerse demasiado a Baraja...

Todo son buenas palabras y palmadas en el hombro del míster en la semana gloriosa de su alternativa. La elección ha caído bien en la grada, por mucho que Torrecilla le haya colocado un submarino en aguas jurisdicionales. Que no se froten las manos los rivales ni piensen que, por su juventud, van a tener en frente a un utrero. Quienes conocen al técnico dicen que bajo la cáscara de apariencia mansa se esconde un vitorino.

José Alberto afronta en su estreno un triple reto apasionante: ganar fuera tras meses de sequía; derrotar por primera vez al Granada en Los Cármenes, lo que el Sporting no ha conseguido aún; y ser el primer en hacer hincar la rodilla en su propio feudo a los nazaríes. Si regresa de la Alhambra con tres puntos en el zurrón, se habrá cubierto de gloria y diremos que entró con buen pie. En caso contrario, mala pata. Mas no caigamos en el disparate de estrellarlo en Despeñaperros. Si además consigue que Djurdjevic se estrene en Liga, miel sobre hojuelas. Será que además tiene baraka.

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